Tal día como hoy del año 1383, hace 640 años, se colocaba la última clave de bóveda del techo de la basílica de Santa Maria del Mar, en Barcelona. Esta obra, iniciada 54 años antes (1329), había sido sufragada exclusivamente por las clases populares del barrio de La Ribera. La documentación de la época revela que en ella se implicó toda la sociedad del barrio. Los poderosos mercaderes, enriquecidos con el comercio marítimo, pero de extracción plebeya, colaboraron aportando importantes cantidades de dinero. Y los más humildes contribuyeron con su propio trabajo. En este sentido, destacaría la contribución de los mozos de costa (los estibadores portuarios), que transportaron en sus espaldas las piedras para construir el edificio.

La basílica de Santa Maria del Mar se edificó sobre un anterior templo cristiano de finales de la época imperial romana (siglos IV y V) y reformado, posteriormente, en tiempo de los condes carolingios (siglo IX). Hasta la construcción de la segunda anilla de murallas de Barcelona (siglos XIII a XV), el templo primigenio estuvo en extramuros, en un paraje que, según las últimas investigaciones arqueológicas, habría sido el anfiteatro romano. Por dicho motivo, en algunos documentos primigenios de la época carolingia, cuando se menciona este paraje, se lo llama Santa Maria de les Arenes. No obstante, cuando concluyen las obras de la basílica de Santa Maria del Mar, el barrio de La Ribera ya estaba protegido por la muralla medieval.

La basílica de Santa Maria del Mar tiene la particularidad —desde que se proyectó la construcción del actual templo (principios del siglo XIV)— de que la obra y el edificio resultante serían, siempre, propiedad de los feligreses. Eso explicaría la implicación de la sociedad del barrio en su construcción y en su conservación en el transcurso de sus seis siglos largos de historia. Y explicaría, también, la existencia de dos grandes templos que marcaban la divisoria de las clases sociales urbanas de la Barcelona medieval. Mientras que la Catedral fue el templo de la realeza y la nobleza, Santa Maria del Mar lo fue de las clases plebeyas (mercaderes ricos, maestros, oficiales y aprendices de los gremios, mozos de costa, jornaleros de oficios diversos e, incluso, esclavos).