Tal día como hoy del año 1898, hace 119 años, se libraba la decisiva batalla de Cavite en la bahía de Manila (Filipinas) entre las fuerzas navales españolas —comandadas por el contralmirante Patricio Montojo— y las norteamericanas —comandadas por el comodoro George Dewey. El año 1898, las Filipinas, con Cuba y Puerto Rico, eran lo que quedaba del imperio colonial español de ultramar. La accidentada y estrepitosa derrota hispánica precipitaría los acontecimientos, y 6 semanas después, el 12 de junio, las fuerzas revolucionarias filipinas, comandadas por el general Emilio Aguinaldo, proclamaban la soberanía y la independencia.

Manila, 1899

La colonia catalana de Manila, articulada por el Centro Catalán de Manila, tuvo una participación destacada en el desarrollo de la crisis de Cavite. La guerra entre españoles y norteamericanos ya había estallado en Cuba. Y el capitán general de Filipinas, Fernando Primo de Rivera, advertido de que un grupo militar norteamericano había zarpado de Hong-Kong rumbo a Manila, concentró todas las fuerzas navales coloniales en el Apostadero, el puerto militar de la ciudad. Los miembros directivos del Centro Catalán, que sabían que la artillería naval norteamericana utilizaba cañones con un alcance de seis kilómetros, mostraron abiertamente su preocupación por el riesgo que representaba para la ciudad.

Fernando Primo de Rivera, Basilio Augustín y Patricio Montojo

Afortunadamente, Primo de Rivera fue relevado poco antes de la batalla. En su lugar fue nombrado el general Basilio Augustín, que llegaba a la colonia con su familia. Los catalanes convencieron a Augustín de desplazar la Armada española a Cavite, 20 kilómetros al suroeste, para evitar el bombardeo de Manila. En Cavite, la flota española no tuvo capacidad de respuesta al ataque norteamericano, como no lo habría tenido en Manila, porque la flota estaba vieja y desarmada. El Gobierno de Madrid había desatendido todas las peticiones de armamento y los motores de algunos barcos ni siquiera funcionaban. Pero Manila se salvó de un bombardeo que habría sido una verdadera masacre.