Tal día como hoy del año 1492, hace 531 años, las tropas cristianas de las Coronas castellanoleonesa y catalanoaragonesa, comandadas por Fernando II de Catalunya-Aragón, entraban en Granada y culminaban la empresa militar de conquista de la capital del reino nazarí de Granada, la última gran plaza musulmana de la península Ibérica. Según la historiografía tradicional española, aquella empresa había sido obra exclusiva de las tropas de la reina Isabel I de Castilla y León. Pero las investigaciones historiográficas que se han llevado a cabo modernamente (desde finales del siglo XIX) desmienten categóricamente la versión tradicional, y confirman que la dirección y el protagonismo de la última fase de aquel conflicto fue catalán.

Andrés Bernáldez cronista de Isabel la Católica, relata que "cerco y toma de Granada" —es decir, la operación que culminaría la empresa granadina; fue obra, exclusivamente, de las oligarquías castellanas: el Maestre de la orden de Santiago; los duques de Cádiz y de Escalona; y los condes de Tendilla, de Cifuentes, de Aguilar y d'Ureña. Pero, en cambio, cuatro siglos después (1892), el historiador Joaquín Duran Lerchundi —premio de investigación Cuarto Centenario de la Conquista— afirma que en el archivo histórico de la ciudad, sospechosamente, no se conserva ningún dato al respecto. Y fruto de su investigación, afirma que "Fernando (el monarca catalanoaragonés) tomó el mando del ejército en abril de 1491 (...) hasta la rendición definitiva" (la de Granada).

Las fuerzas militares catalanas de Fernando el Católico impusieron un bloqueo en el Mar de Alborán (para impedir que los nazaríes recibieran ayuda externa); desembarcaron y conquistaron Málaga, progresaron tierra adentro, y ganaron varias plazas nazaríes situadas en el camino entre la costa y Granada. El Dietari de la Generalitat contiene anotaciones que consignan, por ejemplo, la conquista catalana de Álora (1484); de Vélez-Málaga (1486); de Vera (1487); de Cuevas (1487); o de Baza (1489). Y varias fuentes, confirman la presencia de 2.000 caballeros y niños catalanes en el asedio y conquista de la capital nazarí (1491-1492), que representarían el 40% de los 5.000 efectivos de Fernando el Católico en aquel operativo.

Las fuerzas catalanas de Fernando el Católico serían las primeras en entrar en la ciudad y tomar posesión de la plaza. Mucho antes que las fuerzas de la reina castellanoleonesa. La inmensa mayoría de aquellos caballeros, infantes y peones se establecieron en la ciudad —como beneficiarios del reparto del botín de guerra, formado por casas y tierras— y pasaron a formar parte del nuevo paisaje sociológico de Granada. Incluso al cronista Bernáldez se le escapa "que los otros caballeros de Andalucía e los grandes de Castilla, como estaban tan cansados de venir de tan lejos a las otras guerras e cercos, no vinieron a este (al de la ciudad de Granada) en persona, salvo enviaron sus capitanes con gente”.