Tal día como hoy del año 1519, hace 505 años, en el Saló del Tinell del Palau Reial de Barcelona, Carlos de Gante, nieto y sucesor del rey Fernando el Católico, juraba las Constituciones de Catalunya. Carlos de Gante era el hijo primogénito de Juana de Aragón y de Castilla, la tercera hija de los Reyes Católicos, pero la mayor de los que habían tenido descendencia que había sobrevivido a la infancia, y de Felipe de Habsburgo, llamado Felipe "el Bello". Por lo tanto, Carlos de Gante era el nieto mayor de los reyes Fernando e Isabel y, también, era el nieto más mayor de Maximiliano de Habsburgo, archiduque independiente de Austria y emperador electo del Sacro Imperio, y de María de Borgoña, condesa independiente de Flandes y de Holanda.

Después de la muerte de Fernando el Católico (1516), se convirtió en el nuevo monarca de la corona castellanoleonesa (1518) y de la corona catalanoaragonesa (1518-1523). El 9 de febrero de 1518, las Cortes castellanoleonesas lo coronaban en Valladolid. Poco después empezaba su periplo por los diferentes estados de la corona catalanoaragonesa. El 29 de julio de 1518 era coronado rey de Aragón en Zaragoza. El 15 de febrero de 1519 entraba en Barcelona y convocaba las Cortes, y después de dos meses de negociaciones con los estamentos de la sociedad catalana (la nobleza, las jerarquías eclesiásticas, y las ciudades y villas reales), el 16 de abril de 1519 juraba las Constituciones de Catalunya y era nombrado conde independiente de Barcelona.

El Dietario de la Generalitat revela que durante los dos meses que duraron aquellas cortes (febrero, 1519 – abril, 1519), Carlos de Gante estuvo alojado, inicialmente, en el monasterio de Valldonzella —en la villa de Sarrià— y, posteriormente, en el Palau Reial. Algunos historiadores sostienen que durante aquella estancia, Carlos de Gante y su séquito —formado por los ministros flamencos que lo acompañaban desde su llegada a la Península (1518)— se plantearon la posibilidad de establecer la capital de los estados Habsburgo en Barcelona. Pero la ideología preabsolutista de Carlos y de su equipo de gobierno chocaba con la tradición pactista de Catalunya y con la fuerza y arraigo de sus instituciones, y por este motivo desestimaron esta opción.