Tal día como hoy del año 1714, hace 308 años, el castillo de Cardona, el último baluarte austriacista del Principat, capitulaba. Cuando se produjo este hecho, Barcelona hacía seis días que había capitulado (12 de septiembre de 1714). La guarnición austriacista de Cardona estaba comandada por el coronel Manuel Desvalls i de Vergós, que accedió a rendir la plaza para evitar más sufrimiento a la ciudad de Barcelona (el mando borbónico Berwick había exigido a los dirigentes de la resistencia barcelonesa la entrega de la fortaleza de Cardona a cambio de respetar la vida y los bienes de los vecinos de la capital catalana).

En el transcurso de la última fase del conflicto sucesorio (1705-1715), denominada Guerra de los Catalanes (1713-1714); el castillo de Cardona había sido el centro de la resistencia catalana a la ocupación borbónica del país. El castillo de Cardona había resistido, con éxito, uno de los asedios más duros de aquel conflicto: entre el 13 de noviembre y el 22 de diciembre de 1711, un ejército de 10.000 efectivos borbónicos había arrasado la villa y había rodeado la colina del castillo. Pero aquella extraordinaria superioridad numérica y armamentista no les sirvió de nada, porque el 22 de diciembre, las fuerzas aliadas llegaban a la vista de Cardona y obligaban los borbónicos a levantar el asedio.

En las negociaciones de capitulación, el coronel Desvalls consiguió arrancar a los borbónicos el compromiso que se facilitaría la salida de los oficiales y soldados del Reial Exèrcit de Catalunya, que se embarcarían hacia las posesiones Habsburgo de la península italiana y se pondrían al servicio del archiduque Carlos de Austria. Aquel contingente pasaría a engrosar el exilio catalán de 1714, que los historiadores han estimado en más de 5.000 personas. El coronel Desvalls también consiguió arrancar a los borbónicos el compromiso que los vecinos de Cardona que se habían refugiado en el castillo o en las masías de los alrededores, no serían molestados y se les facilitaría retornar a sus casas, en aquel momento en un estado ruinoso a causa de la masacre borbónica de 1711.