Tal día como hoy del año 1974, hace 49 años, en Madrid, se jugaba el partido de Liga entre el Real Madrid y el FC Barcelona que acabaría con el resultado de 0-5 favorable a los blaugrana. En aquel partido, el entrenador blaugrana Rinus Michels presentó una alineación formada por Mora en la portería; una defensa de cuatro con Rifé, Torres, De la Cruz y Costas; un medio del campo de tres con Juan Carlos, Asensi y Marcial; y una punta de ataque de tres con Rexach, Cruyff y Sotil. Aquel partido era el segundo Clásico (el primero en campo contrario) que jugaba el neerlandés Cruyff, considerado el mejor futbolista del mundo, y que había sido fichado el verano anterior por la estratosférica cifra de cien millones de pesetas, el traspaso más caro de la historia del fútbol hasta aquel momento.

Las crónicas de la época (El Mundo Deportivo, edición del 18/02/1974) relatan que las fuerzas estuvieron muy igualadas durante los primeros compases del partido. Pero a partir de la media hora de juego, la balanza se decantó hacia el lado de los catalanes. Asensi marcó el 0-1 en el minuto 31. Y Cruyff el 0-2 en el 39, que por su espectacular ejecución sería especialmente recordado. Durante la segunda parte, el FC Barcelona desplegó un juego espectacular que se tradujo en tres goles más: en el minuto 52, Asensi, de nuevo; en el 65, Juan Carlos; y en el 70, Sotil. Las crónicas relatan, también, que mientras caían los goles blaugrana, la afición madridista se giró hacia el palco del estadio y dirigió una larga y sonora pitada de reprobación al presidente Santiago Bernabéu.

Aquel resultado tendría una importancia decisiva en el desarrollo de aquella temporada. Cuando se disputó aquel partido, el FC Barcelona ya era el líder de la clasificación, pero aquella manita no tan solo lo confirmaría en la primera posición, sino que crearía una distancia de puntos con el segundo posicionado, el Real Madrid, que sería insalvable. El FC Barcelona se acabaría proclamando campeón, con ocho puntos de diferencia con respecto al Real Madrid, diez con respecto a la Real Zaragoza y once con respecto a la Real Sociedad; segundo, tercero y cuarto clasificados, respectivamente. Aquel título fue especialmente celebrado por la afición blaugrana, que hacía catorce años que no veía a su equipo ganar el campeonato estatal de fútbol.