Tal día como hoy del año 1976, hace 47 años, abría puertas y arrancaba el curso escolar la primera Escuela Bressola de la Catalunya Nord. Fue la Bressola del barrio de Sant Galdric, de Perpinyà, situada entre la calle de Sant Vicenç y el hogar HLM de Lopofa. Esta Bressola, que actualmente tiene 170 alumnos, aquel lejano 16 de septiembre de hace casi medio siglo inició su singladura —y la del exitoso modelo de las Bressoles— con tan solo siete alumnos. Con el transcurso de este casi medio siglo, se abrirían ocho escuelas Bressola más (Nyils, El Soler, Sant Esteve, Pesillà, Prada, Vernet y Canet) que, actualmente, acogen a 1.100 alumnos.

La Bressola de Sant Galderic sería la primera escuela catalana de la Catalunya Nord desde la prohibición del uso del catalán en la vida pública (también en la enseñanza) que promulgó el rey Luis XVI de Francia, el año 1700, cuando proclamó: "El catalán me repugna y es contrario al honor de la nación francesa". Con la Revolución francesa (1789-1793), la situación no tan solo no se normalizaría, sino que el nuevo régimen republicano perseguiría las lenguas no francesas con más violencia. En el campo de la enseñanza, universalizaría la educación, pero generalizaría la cita "Soyez propres, parlez français" (Sed educados, hablad francés).

El modelo Bressola nacería el mayo de 1976 —poco antes de la apertura de la primera escuela de este modelo—, promovido por un grupo de padres y de profesores que ambicionaban crear un modelo alternativo a la escuela pública francesa y exclusivamente en francés, que no dejaba ningún espacio a la lengua y a la cultura catalanas. La Bressola se pensaría y se materializaría como un modelo de escuela laica, de calidad y en catalán. Aquel modelo se inspiró en otros sistemas privados existentes, que se articulaban en cooperativas de enseñanza, como las escuelas Seaska de Iparralde (País Vasco Norte) en euskera; e inspiraría el modelo de las escuelas Calandreta, en Occitania y en occitano.