Tal día como hoy del año 1940, hace 78 años, se iniciaban las tareas de recuento de las víctimas mortales y de los daños materiales que había causado la tormenta que entre el 16 y el 20 de octubre castigó las comarcas del centro y del norte del Principat y las de Catalunya Nord. Aquel fenómeno meteorológico, que sería denominado popularmente aguacero de Sant Lluc o aguacero de 1940, provocó el desbordamiento repentino de los ríos Ter y Tet y de su red de afluentes y la inundación de amplias zonas, especialmente en las comarcas del Ripollès, la Garrotxa, Osona, el Gironès, el Conflent, el Vallespir y el Rosselló. El balance fue de 370 víctimas mortales.

Los registros pluviométricos oficiales no fueron capaces de cuantificar la envergadura de aquel extraordinario episodio de lluvias. En la España franquista y en la Francia ocupada por los nazis los servicios meteorológicos no funcionaban con regularidad, ni para la tarea de previsión ni para la de registros. Pero los datos que recogieron algunos particulares, tanto en el Principat como en Catalunya Nord, sitúan aquel episodio en unos registros superiores a los 1.000 litros/m2 en el conjunto de los cinco días. Una maestra del pueblo de Sant Llorenç de Cerdans (Vallespir) obtuvo un registro total de 1.930 litres/m2, la mitad de los cuales se concentraron el día 17 de octubre.

El Aguacero de Sant Lluc mata a 370 personas. 21 10 1940. Víctimas de la catástrofe. Calle del Puente. Torelló. Fuente Ayuntamiento de Torelló

Víctimas de la catástrofe en la calle del Pont, en Torelló (Osona) / Ayuntamiento de Torelló

La prensa de la época no se hizo eco de la tragedia hasta después de la tormenta. El Correo Catalán, el 20 de octubre, abría discretamente en portada con el titular "Las grandes inundaciones en las comarcas de Vich y Gerona" y La Vanguardia Española no lo hizo hasta el 22 de octubre, pero en cambio destinaba la portada entera a la noticia con varias ilustraciones de la tragedia y un titular prácticamente idéntico. En cambio, en las ediciones de los días inmediatamente posteriores, con rigurosa puntualidad y de forma destacada, se publicarían a bombo y platillo las declaraciones de las autoridades del régimen franquista, que prometían ayudas a los damnificados que, en muchos casos, no llegaron nunca.

Imagen principal: Víctimas de la catástrofe en el cementerio de Torelló (Osona) / Ayuntamiento de Torelló