Tal día como hoy del año 1975, hace cincuenta años, a las 10.33 horas, en el lugar de Tah (Marruecos), un grupo de manifestantes de la Marcha Verde rompía el alambrado que delimitaba la frontera entre el reino de Marruecos y la colonia española del Sáhara Occidental e iniciaba la ocupación de dicho territorio. Aquella ocupación se produjo en un contexto de profunda crisis política en Marruecos. Poco antes (1971 y 1972) se habían producido dos golpes de Estado —promovidos por la propia monarquía y ejecutados por el ejército— por la fuerte contestación social al régimen monárquico y autoritario del rey Hassan II y para frenar las demandas de libertad del pueblo marroquí. Con la operación “Marcha Verde”, el rey Hassan II pretendía cohesionar la sociedad en torno a su figura y silenciar la oposición a su régimen.
La Marcha Verde fue promovida, organizada y avituallada por el régimen marroquí, y si bien el rey Hassan II proclamó que era “una marcha pacífica, formada, únicamente, por civiles desarmados”, la realidad fue muy distinta. Pocos días antes del inicio de la marcha, en la línea fronteriza entre Marruecos y el Sáhara Occidental, se concentraron 350.000 civiles (armados con armas de corte) y 25.000 soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (armados con armas de fuego). El ejército español reaccionó minando una amplia franja de la zona fronteriza y retirándose, después, tras las minas. Pero esto no impediría que, a última hora del día 6, más de 50.000 marroquíes (civiles y militares) que ya habían cruzado la frontera ilegalmente, acamparan en territorio saharaui.
La Marcha Verde fue duramente criticada por las Naciones Unidas. Pocos meses antes (diciembre, 1974), la ONU y el régimen franquista español habían pactado la celebración de un referéndum para conocer la voluntad de la población saharaui y, en caso de que el resultado fuera favorable a la independencia, iniciar el proceso de descolonización. Al inicio de la Marcha Verde (noviembre, 1975), la ONU amonestó al Estado español, instándolo a cumplir su responsabilidad como potencia colonizadora. Pero los gobiernos estadounidense y francés ya apoyaban la ocupación marroquí del Sáhara, porque temían que el Frente Polisario —la principal organización independentista saharaui, políticamente cercana a la Unión Soviética— crease un foco de tensión, desestabilizase la región y perjudicase sus intereses económicos.