Si alguna vez desde el PSOE se ha pensado que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) podía ser renovado y el Partido Popular iba a dar su brazo a torcer, rebajando así el control que en estos momentos tiene, no solo del CGPJ, sino también de lo que de él emana, como es el nombramiento de jueces, me temo que pueden irse olvidando. Aceptó la mediación del comisario de Justicia de la Comisión Europea, Didier Reynders, como un mal menor y que no pareciera que se negaba a ello. Ha habido una reunión en Bruselas, sin avances, y la segunda ha quedado aplazada este sábado por una gripe A del negociador del PP, Esteban González Pons, hasta después de las elecciones en Galicia, que tendrán lugar el próximo domingo.

Pero el faro que todo lo alumbra en la formación conservadora, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya ha hecho saber cuál es su hoja de ruta para esta cuestión: no debe renovarse y primero, lo que hay que hacer, es cambiar la ley de elección de los miembros del CGPJ. Su argumento no puede ser más pérfido: solo el CGPJ y el Tribunal Supremo y quizás el Banco de España son las únicas instituciones "que todavía no han sido colonizadas por el sanchismo". Curiosa manera de repartir carnés de independencia que tiene Díaz Ayuso: los independientes son aquellos que siempre están de acuerdo conmigo.

Yo no sé qué pruebas nuevas necesita el gobierno de Pedro Sánchez para dejar de hacer el panoli en todo lo que afecta al blindaje de la justicia como el auténtico poder real del Estado. Más de cinco años hace que ha caducado el mandato del CGPJ. En concreto, está cumplido desde el 4 de diciembre de 2018, lo que en la práctica se corresponde con algo más de un mandato entero caducado. La actuación del PP ha sido de bloqueo permanente con diferentes excusas: modificación del sistema de elección de sus miembros, crispación política por la ley de amnistía, encadenamiento de procesos electorales, etcétera. Lo cierto es que con esta estrategia el PP ha conseguido casi siempre llevarse el gato al agua y el resultado es que ha controlado la justicia en 22 de los últimos 27 años.

El PP ha conseguido casi siempre llevarse el gato al agua y el resultado es que ha controlado la justicia en 22 de los últimos 27 años

Y por en medio de la renovación del CGPJ está el tema de la ley de amnistía. Se produce así la paradoja de que el PP bloquea, los cambios no son posibles, el Supremo o la Audiencia Nacional responde a unas determinadas mayorías y los acuerdos políticos trasladados al poder legislativo y ejecutivo sirven de bien poco. Las leyes son bloqueadas con apariencia de que todo el procedimiento judicial es el adecuado, pero nada es lo que parece. Así se habla de terrorismo o de traición de una manera que debería avergonzar a los que lo hacen. Y todo el entramado se pone en marcha, con un ruido y un poder ensordecedor en el que la verdad es la primera víctima.

Por eso el PP no va a renunciar. Y después de esta maniobra vendrá otra. Pero eso, también lo sabe el PSOE. Y no quiere revertirlo.