El llamado sindicato Manos Limpias -una organización que hasta la fecha definíamos como "de ideología ultra" y a la que ahora deberemos añadir el calificativo de "saqueadores (presuntos)"- y Ausbanc han quedado, al menos provisionalmente, descabezados después de que sus máximos responsables hayan sido acusados de extorsión. La fórmula era, según la policía, bien sencilla: se presentaban querellas primero en los juzgados y después se retiraban cobrando dinero. Al parecer, hay varios denunciantes de casos de extorsión e incluso habría habido colaboración de personas que hasta hace poco habrían ocupado cargos de responsabilidad en Manos Limpias. Uno de los enigmas de los últimos tiempos parece haber saltado por los aires: ¿Quién está detrás de Manos Limpias? ¿Cómo se financia su presencia permanente en múltiples casos? La última razón, al menos en muchos casos, era, supuestamente, un sistema mafioso de extorsión.

Este habría sido el funcionamiento en casos tan mediáticos como el de la infanta Cristina, a quien se habrían pedido a través de sus abogados un total de tres millones de euros por retirarse de la causa. El letrado Pau Molins ha explicado que la extorsión se puso en manos de la policía. En otros casos que se investigan de entidades financieras, se habría acordado una cantidad a cambio de retirar la demanda o incluso se cerraban pactos sin iniciarse el procedimiento judicial. Tan sencillo como rentable.

El sindicato ultra y hoy sabemos que extorsionador (presunto) ha sido durante mucho tiempo, y hay que señalarlo así, aplaudido por medios de comunicación y partidos políticos por su cruzada contra el independentismo. Desde la denuncia por la consulta del 9N hasta la pitada al Rey durante las finales de la Copa que lleva su nombre. También se personó en la resolución aprobada por el Parlament también un 9N y que marcaba el inicio del proceso legal de desconexión con España, y acusó de rebelión y sedición a los presidentes de la Generalitat, del Parlament y otros cargos de la cámara catalana. Las hemerotecas están llenas de felicitaciones a Manos Limpias por este trabajo. Y eso también hay que recordarlo ahora que, por lo que parece, nadie conocía a un sindicato que se llama Manos Limpias y cuyo nombre más normal, si se acaba confirmando la versión policial, sería el de Manos Sucias.