Parecía difícil que la Comunidad de Madrid volviera a tener a su presidenta caminando en el alambre de la renuncia forzada después del episodio de ahora hace dos años, cuando pudimos ver con estupor a su antecesora, Cristina Cifuentes, robando cremas en un supermercado. Cifuentes salió por una ventana el mismo día que se divulgaron las cintas y así acabó una carrera política que parecía fructífera y que no había conseguido tumbar las acusaciones de fraude en un máster de la Universidad Rey Juan Carlos. Si eso pasaba en abril de 2018, en mayo de 2020 su sustituta Isabel Díaz Ayuso se ve envuelta en un escándalo que le salpica directamente al utilizar dos apartamentos de lujo en el centro de Madrid con un contrato supuestamente fraudulento.

¿Qué tiene Madrid para que a sus presidentes les persiga de una u otra manera la sombra de la corrupción? Porque antes que Cifuentes estuvo Ignacio González, para quien el fiscal pide ahora ocho años de prisión como cabecilla de la trama Lezo. Y, antes que González, Esperanza Aguirre, imputada en la trama Púnica también por corrupción. Son dos décadas ininterrumpidas de salidas precipitadas o de situaciones judiciales comprometidas a posteriori.

Ahora es el turno de Díaz Ayuso, a quien, por ahora, le sirven de bien poco los parabienes que ha recibido de José María Aznar. El escándalo de los apartamentos de lujo cabalga sobre su gestión del coronavirus, muy criticada incluso dentro de su propio gobierno, donde tuvo una baja tan sensible como la de su directora de Salud Pública, disconforme con sus prisas por pasar a la fase 1. La pésima gestión de la Comunidad de Madrid y la negligencia del gobierno español a aplicarle en su día el confinamiento ha acarreado serias consecuencias en la expansión del coronavirus. El diputado del PSOE Rafael Simancas ha señalado este miércoles que en España hay tantos muertos por coronavirus porque en España está la Comunidad de Madrid.

El hecho de que Simancas lo verbalice así para forzar la renuncia de Ayuso, no deja de ser una verdad sabida por todos aunque sea un anatema decirlo en voz alta si no eres de Madrid. No sé si Ayuso resistirá la presión de la izquierda deseosa de cobrarse su cabeza, pero lo cierto es que con semejante currículum al frente de la institución es para irse a casa sin esperar a que te empujen.