El conseller Joaquim Forn ha anunciado desde la prisión de Lledoners su decisión de encabezar una candidatura para ganar la alcaldía de Barcelona. Aunque era un secreto a voces desde hace varios meses que Forn estaba dispuesto a dar este paso, el ya candidato quería estar seguro de que tenía los consensos internos suficientes, libertad para la confección de la lista pese a su situación de prisión provisional, respaldo del actual grupo municipal en Barcelona, aceptación de que su proyecto de ciudad era validado, y convencimiento de que su defensa ante el Tribunal Supremo era compatible con una decisión de esta naturaleza. La frase "me presento porque tengo derecho" resume perfectamente el paso que da. No aceptar la prisión provisional por injusta y responder directamente a Manuel Valls, que hace unas horas consideraba la candidatura de Forn una provocación.

Con Forn se cierra el ramillete de números uno que encabezarán listas electorales. Empezando por Ernest Maragall, el candidato de Esquerra al que las encuestas coinciden hoy en situar en cabeza de la carrera. Repite la alcaldesa Ada Colau por los comuns y el candidato socialista Jaume Collboni. Los populares presentan al desconocido empresario Josep Bou, que parece una apuesta para dejar camino libre a Ciudadanos; la CUP aún no ha anunciado su cabeza de cartel y Jordi Graupera liderará la lista surgida de las primarias organizadas por la ANC. A falta de cuatro meses para las elecciones, el panorama no puede ser más interesante y solo la represión desproporcionada de un Estado con los independentistas presos va a impedir debates de nivel entre los diferentes candidatos.

Descartada la opción de la lista unitaria, el independentismo se juega mucho en las elecciones de Barcelona. Una victoria de Valls sería un fracaso para su proyecto político pero la repetición de Colau situaría claramente la capital catalana en la cuesta descendente en cuanto a dinamismo. En las últimas horas, Ernest Maragall y Quim Forn han hecho gestos para tranquilizar a ambas parroquias de que tienen voluntad de acuerdo después de las elecciones. El encuentro que mantuvieron el martes en Lledoners es una señal evidente y la reacción de Maragall después del anuncio de Forn, también.

La presentación de listas separadas tendría que tener como objetivo arañar el máximo número de votos en las zonas fronterizas con el resto de formaciones. Maragall, ex-PSC, debería aspirar a pescar en el caladero de la izquierda tradicional y Forn no conformarse con el voto de la extinta Convergència. Fue el hombre que superó con nota los atentados en Barcelona y Cambrils del 17-A con una brillante actuación de los Mossos y la pieza imprescindible para el mandato de Xavier Trias entre 2011 y 2015. Su vida siempre ha sido la política municipal y solo su actitud de servicio le llevó a aceptar la Conselleria d'Interior. Ahora hará de cabeza de cartel y llegará haciendo ticket con la pieza más potente de Junts per Catalunya en el Govern, Elsa Artadi. El tándem Forn-Artadi no lo tendrá nada fácil, ya que parte en clara desventaja, pero las elecciones siempre son una caja cerrada. Y más, a falta de cuatro meses.