No lo han hecho los gobiernos europeos, ni la propia Comisión, que se haya filtrado hasta la fecha, pero sí que lo están haciendo sus principales medios de comunicación. Sean sensibles a las demandas de independencia que plantea Catalunya o sean contrarios a la posición del Govern. La intransigencia de Rajoy, su negativa absoluta a cualquier negociación, las medidas represivas del Gobierno español saltándose su propio marco legal, la desproporcionada actuación de sus fuerzas de seguridad, la suspensión de hecho de la autonomía catalana, la incautación de sus presupuestos y el bloqueo de sus cuentas corrientes, en definitiva, el estado de excepción de facto con pérdidas de derechos fundamentales de los ciudadanos se ha vuelto en contra del Ejecutivo español con una velocidad de vértigo.

El tema catalán ha entrado como un torbellino en la agenda europea a falta de nueve días para el referéndum del 1 de octubre. Hasta una docena de preguntas tuvo que responder el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en su regular comparecencia ante los medios de comunicación acreditados en Bruselas. Fue el único que siguió el guión oficial después de que Juncker asegurara la semana pasada, en una conversación con internautas, que la UE respetaría el resultado  del referéndum. Sin duda, la gran novedad es el tratamiento mediático que están dando los diarios alemanes a las reivindicaciones de Catalunya. Tanto Die Welt como Süddeutsche Zeitung, medios sin duda muy influyentes, lo llevaban este jueves como el tema de apertura. Por encima incluso de las elecciones alemanas de este domingo en que la canciller Merkel, con todo a favor, se juega la reelección en el cargo que ocupa desde 2005. El primero le pedía que Europa interviniera en el conflicto entre Catalunya y España y le reprochaba a Rajoy que hablara a los catalanes como si se dirigiera a Corea del Norte. El segundo también abogaba por la intervención de la UE.

¿A que se debe esta preocupación alemana? La única explicación tiene que ver con la impresión, cada vez más extendida, en Europa, que el Gobierno español ha perdido el control de la situación y que solo le queda la represión, una medicina que cuesta de tragar fuera de Madrid. La posición española con Catalunya empieza a ser percibida como un problema para la estabilidad europea.

Si vamos a Italia, los ejemplos no son menos alarmantes. Los dos principales periódicos, La Repubblica y el Corriere della Sera  titulan el primero "Guerra catalana" y el segundo "Madrid castiga Catalunya". The Times en el Reino Unido asegura que se tiene que permitir el referéndum y Libération remacha, en Francia, que la estrategia de Madrid es políticamente destructiva. Un último ejemplo también de este jueves: el influyente semanario Politico se pregunta si el presidente español tiene algún plan y se interroga sobre la posibilidad de que sea etiquetado como un dictador.

Ese menú mediático internacional se enfrenta a la realpolitik, pero eso es algo ya sabido desde el principio. Es tan así, que lo que piden medios internacionales de prestigio de tantos países no es ni tan siquiera demandado por los diarios locales líderes, claramente hostiles a las instituciones catalanas. También es la realpolitik, en este caso, española.

En estos momentos, enfocado el frente internacional, la batalla se juega entre la represión del Estado y la resistencia del independentismo. Si los segundos mantienen la capacidad demostrada hasta la fecha, la represión, por dura que sea, que lo es y lo será aún más, será tan solo epidérmica para el movimiento. El espacio proreferéndum ha crecido en Catalunya y ha despegado en España. Puigdemont se mueve en el alambre pero no hay que descartar que el que se caiga sea Rajoy. Hoy, en las apuestas, el castañazo se lo pega el segundo.