Después de casi 150 minutos de reunión entre las delegaciones del PSOE y de ERC  no hay cambio de posición respecto a la investidura de Pedro Sánchez y los republicanos se mantienen en el no. El desenlace no es una sorpresa, ya que ambas formaciones han interiorizado una negociación larga y el hecho de que ambas partes se conformaran con un comunicado de cada partido para dar cuenta del encuentro públicamente revela que el camino a recorrer está repleto de incertidumbres.

La nota socialista habla de “encauzar el conflicto político desde el diálogo y el entendimiento institucional”, frase de una ambigüedad enorme y que con el actual PSOE solo cabe entenderla en un marco que ni se acerca al documento de Pedralbes. Muy lejos de la posición de ERC, que pasa por una mesa de negociación que se fundamenta en cuatro pilares: que sea entre gobiernos, sin apriorismos ni temas vetados, con calendario y con garantías de cumplimiento. La próxima cita, el martes que viene.

La terrorífica encuesta del CIS publicada este jueves y que señala que el 82% de los catalanes no confían en Pedro Sánchez devuelve a la realidad el espejismo de que se puede acordar cualquier cosa para evitar un gobierno alternativo o unas terceras elecciones. Todo el mundo está advertido de cuál es la cotización del presidente del gobierno en funciones para la sociedad catalana. De un político de quien no se fían ni los suyos habrá que esperar algo más que huecas palabras.

Mientras la investidura se encarrila o se despeña, Iñaki Undargarin podrá pasar las Navidades con su familia fuera de prisión al haber cumplido una cuarta parte de la pena, lo que le permite 36 días de permiso al año. Los presos políticos catalanes, en cambio, pasarán sus segundas o terceras navidades privados de libertad en las prisiones de Lledoners, Mas d’Enric y Puig de les Basses por unas sentencias que Europa modificará por injustas y por penar delitos que no se dieron.

La realidad a veces es enormemente tozuda y los que necesitan los votos tendrán que asumir la complejidad de la situación catalana por necesidad y por lo que ellos, con sus errores, han contribuido a crear.