Si Carme Chacón tenía tres rasgos que la definían, eran la constancia, la ambición y la amistad. Gracias a la primera, se abrió paso en un mundo nada fácil para las mujeres como es la política. Aunque fue cabeza de lista del PSC por Barcelona en tres elecciones al Congreso y ministra durante más de cuatro años, su verdadero salto a la política con mayúsculas fue cuando asumió la cartera de Defensa. Una mujer ministra de Defensa en España rompía los cánones de mucha gente. Y ella lo sabía. Y lo disfrutaba.

Su ambición la llevó a aspirar a la secretaría general del PSOE en diciembre de 2012 y a disputársela a Alfredo Pérez Rubalcaba en el 38º congreso celebrado en Sevilla. Perdió por solo 22 votos en un recuento dramático después de una larga noche que rompió muchas cosas en la familia socialista. Fue la primera vez que Chacón vivió la cara más oscura de la política. La derrota le dejó algunas secuelas inesperadas y la animó a ver que había vida más allá de la política. No era una persona de muchos amigos. Sí de muchos conocidos. Los chaconistas se fueron reduciendo con el tiempo.

En muy poco pasó de ser la deseada en el PSC a poco menos que un problema. Jugó fuerte en contra de la idea de una Catalunya independiente en un momento en que el PSC aún no se había definido con la claridad de ahora. Al final, le quedaban los amigos de primera hora, sobre todo José Zaragoza, con el que compartía muchas confidencias. Pero lo cierto es que desde que se marchó a Miami por segunda vez, hace ahora casi un año, había reducido su presencia en la vida pública y prefería relacionarse con gente de fuera de la política. El viernes viajó a Madrid. Relajada y feliz. Antes había comido con un amigo catalán frente al mar en Miami. Un tartar de atún y unos spaghetti alle vongole, con un poco de vino blanco. Una de las últimas frases antes de coger el avión de Miami a Madrid, de las 17.00 horas, fue: "Que ganas tengo de estar un fin de semana sola y tranquila en casa, en el sofá leyendo y sin hacer nada, porque es algo que no me pasa casi nunca". Su hijo Miquel, la principal razón de su vida en estos momentos, pasaba el fin de semana en Dénia con su padre. Carme Chacón tenía 46 años.