Omar Mateen, ciudadano estadounidense de origen afgano y autor de la peor matanza por tiroteos masivos y también del atentado más grave desde el 11-S en los Estados Unidos, llamó al teléfono de emergencias 911 y declaró su lealtad al grupo terrorista Estado Islámico, según explican medios norteamericanos. A continuación, cogió su pistola, un arma tipo rifle y un dispositivo del que no se han dado más detalles, se dirigió al club Pulse de Orlando, un icono de la comunidad gay, y dejó detrás suyo un reguero de vidas humanas. Hasta 50 personas muertas y 53 heridas, algunas de las cuales incrementarán en las próximas horas el número total de fallecidos.

El terrorismo, presente en la vida de la sociedad norteamericana desde el 11 de septiembre de 2001, ha reaparecido con fuerza y lo hace en la recta final de las elecciones primarias para la designación de candidatos presidenciales en los partidos demócratas y republicanos. La extensión del terror tiene desde este domingo dos focos simultáneos de atención: el de Francia, donde la celebración de la Eurocopa de fútbol ha desencadenado una cuestionada campaña gubernamental de privación de libertades, y el de Estados Unidos, con la masacre de Orlando. Casualmente, allí donde suben Marine le Pen y el fanático Donald Trump.

El presidente Barack Obama va a tener que lidiar en la recta final de su presidencia con un atentado que lleva el sello de Daesh, que ya lo ha reivindicado. Todo ello, en medio de una campaña donde el polémico y controvertido candidato republicano, Donald Trump no ha perdido un segundo para utilizar el atentado y declarar que agradecía las felicitaciones "por tener razón sobre el terrorismo islámico". George W.Bush llevaba siete meses en la presidencia cuando el 11-S y a Obama le quedan menos de ocho para que abandone la Casa Blanca. Como en aquel atentado de Nueva York, en esta ocasión los fallos policiales se revelan clamorosos, ya que el terrorista era un viejo conocido del FBI, al que se le seguía la pista, al menos, desde 2014. ¿Qué ha sucedido para que no se haya activado ninguna alerta en los servicios de seguridad?

El atentado terrorista va a suponer en el corto plazo un nuevo debate sobre un tema tan manido como el de las armas de fuego y la segunda enmienda de la Constitución norteamericana que da derecho a su posesión. Obama ha luchado contra el Congreso para regularlo y ha fracasado, pese a ser uno de los mayores retos de su mandato. A buen seguro, que volverá a intentarlo ya que horas después del atentado señaló que era "un ataque contra todos nosotros".  Pero el lobby armamentista es muy fuerte en EE.UU. y la sociedad norteamericana muy conservadora en sus valores y tradiciones. En cualquier caso, el atentado de este domingo va a dejar huella en su presidencia y va a ser relevante en las próximas presidenciales. Si no, al tiempo.