La encuesta que ha presentado este viernes el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) remueve el mapa político catalán de una manera significativa si ahora se celebraran elecciones al Parlament de Catalunya. En primer lugar, el acuerdo político que existe en la Cámara catalana entre Junts pel Sí y la CUP podría en la mayoría de los supuestos no ser suficiente para garantizarse la mayoría absoluta. La plataforma política creada por Convergència, Esquerra, Demòcrates, los socialistas de MES e independientes para concurrir a las elecciones del 27S podría perder entre cuatro y seis escaños de los 62 con que cuenta en la actualidad. Esa situación, unida a la de una estabilidad electoral de los cupaires, haría muy difícil la mayoría absoluta aunque ambos bloques la quisieran repetir.

La causa principal del desgaste es que Convergència sigue perdiendo fuerza electoral y se muestra incapaz de retener a su electorado. La salida de Artur Mas de la presidencia de la Generalitat, el escaso tiempo que ha pasado desde la llegada de Carles Puigdemont, el desencuentro de la formación con las clases medias de la sociedad catalana, su pérdida de perfil ideológico y el más absoluto desconocimiento de cuáles son sus líneas rojas, las incertezas de un congreso del que aún se desconoce su verdadero alcance y el goteo de casos de corrupción que sobrevuela sobre el partido son hoy por hoy demasiados obstáculos para recuperar espacio electoral. Esquerra, con los deberes hechos, le supera ampliamente, por ejemplo, si volvieran a repetirse las elecciones en España el 26 de junio. El cruce de ambas encuestas refleja, por tanto, claramente que el problema es del centro independentista y no de su izquierda.

La segunda nota del estudio demoscópico continúa siendo la fortaleza de En Comú Podem, que acaba impulsando de una manera importante a su franquicia en el Parlament, Catalunya Sí que Es Pot. hasta doblar sus actuales once diputados. Habría que ver, llegado el caso si este vaticinio es fruto de la actual burbuja informativa que sitúa la política española por delante de la catalana dada la incertidumbre sobre la legislatura y la formación del nuevo gobierno o, por el contrario, si se está dando un cierto arrepentimiento del electorado de izquierdas por la escasa fuerza que les dio en los comicios del 27 de septiembre. Aunque no habrá elecciones en Catalunya hasta finales del 2017 o principios del 2018 será interesante ver en qué medida una agenda política más catalana en los próximos meses revierte o acentúa las conclusiones del sondeo.