La ampliación del aeropuerto de El Prat para construir la tercera pista no se hará a costa del espacio protegido de La Ricarda. El Govern ha trazado una línea roja en una infraestructura considerada importante y en un debate que triangula la mesa de diálogo, la ampliación del aeropuerto y los presupuestos de la Generalitat para el año 2022. El inicio de curso y la aparente intransigencia de AENA han llevado a embarrancar y situar provisionalmente en el dique seco una infraestructura que genera división en Catalunya y que está siendo utilizada por el gobierno de Pedro Sánchez para situar el diálogo España-Catalunya en un marco clásico de modelo autonómico, con el chantaje añadido de lo tomas o lo dejas. Y si lo dejas, que después no haya quejas en Catalunya de que se ha hecho una ampliación en el aeropuerto de Barajas y no en El Prat.

Vamos a ver ahora qué pasa con los planes directores de AENA, el consejo de Ministros que debe apoyar el proyecto, el consenso con la Comisión Europea, la posición de la comisaria de Medio Ambiente... y un largo etcétera. Por no hablar sobre cómo encuentra el consenso el Govern en un tema en que se solapan los intereses económicos, con los políticos y con los electorales. Esquerra y Junts, más allá de escribir en un papel que el espacio protegido de La Ricarda es una línea roja y que la ampliación debe ser respetuosa con el Parc Agrari, tendrán que acordar de qué tipo de rojo están hablando, ya que tienen posiciones diferentes y la gama es muy amplia: cherri, amaranto, borgoña, carmín, escarlata, fresa, ígneo, rubí, sangría, tomate, y podríamos seguir. 

Por no hablar de los municipios que colindan con El Prat, de las organizaciones ecologistas y de las agrupaciones locales de los partidos independentistas mucho menos dispuestas a aceptar la ampliación que las direcciones nacionales. Sea como sea, las posiciones del Govern con la ampliación son menos sólidas que en julio, eso es una evidencia. Por calendario, el primer round de este asalto será a final de mes cuando el Consejo de Ministros tendrá que dar luz verde al proyecto de AENA. Cabe esperar que toda esta oposición dialéctica de los comunes, canalizada hasta la fecha básicamente hacia la Generalitat, encuentre en la mesa del Consejo de Ministros, en la que tienen una vicepresidenta y cuatro ministros, algo más que palabras. Porque en los gobiernos se está para algo más que hacer de oyente.

Como decía al principio, la triangulación de La Ricarda acaba de saltar a los presupuestos de la Generalitat ante la advertencia de la CUP en la Escola d'Estiu de la formación. Aeropuerto, Juegos Olímpicos o el Circuit de Catalunya son —en lenguaje de la CUP— proyectos de desarrollo de los años 80 y 90, propios del desarrollismo de Felipe González y de Jordi Pujol, en vez de una apuesta decidida de transición hacia un nuevo país. La CUP ha encendido otra luz roja y confirma así, una vez más, que el camino de los presupuestos está lleno de baches, dificultades y obstáculos aunque en su día invistieran al president Pere Aragonès.

Este capítulo de la serie ya lo hemos visto antes con Carles Puigdemont y Quim Torra: Con nada parece disfrutar tanto la CUP como invistiendo un president y jugando después a hacer de partido de oposición. Y eso que el curso político en Catalunya no ha hecho más que empezar.