La batalla de la ciudad de Barcelona se presenta absolutamente reñida y, cuando faltan algo más de tres semanas para la decisiva jornada electoral, el candidato de Esquerra Republicana, Ernest Maragall, va ligeramente en cabeza y lo tendría todo a favor para hacerse con la alcaldía de la capital catalana. Sin embargo, hay demasiados interrogantes abiertos, empezando por el 28,4% de indecisos -o mal decididos- que detecta la encuesta que ha elaborado la empresa Feedback para ElNacional.cat y que precisa de una cierta foto finish dado lo apretado de la carrera electoral y que sitúa al ganador con una ventaja de menos de tres puntos de la alcaldesa Ada Colau y del líder de los socialistas de Barcelona, Jaume Collboni. En esta primera muestra electoral, de las tres que ofrecerá el diario antes del 26-M, y que se ha llevado a cabo a partir del día siguiente de elecciones españolas del pasado domingo, el impacto de aquella jornada está muy presente, lo que acaba resultando a la postre, seguramente, un empuje para los partidos de izquierda españoles.

Maragall aborda el que seguramente puede ser su último compromiso electoral con ventaja pero sin haber situado aún una barrera clara con los comunes, lo que hace que el voto transite en ambas direcciones y según el momento se incline más hacia un lado u otro. Si Collboni estabiliza los ocho concejales que le da la encuesta, frente a los nueve de Colau y los diez de Maragall, podría darse el caso que los candidatos de Esquerra y del PSC acabaran ahogando el voto hacia los comunes, algo que no sería extraño dado la deficiente gestión del equipo municipal durante estos cuatro años. A medida que avance la campaña, cobrará importancia la incapacidad de los comunes para llegar a acuerdos estables con el resto de fuerzas políticas y la crítica a las políticas sectoriales, desde vivienda a seguridad pasando por el deterioro de las arcas públicas, el comercio, el turismo o el sector hotelero, serán difíciles de rebatir.

Detrás de este trío, hoy por delante, se sitúan Manuel Valls de Ciudadanos y Elsa Artadi de Junts per Catalunya y en una situación comprometida: el primero ha perdido fuerza y sus expectativas están lejos de cuando dio el paso y se postulo como alcaldable y la segunda prácticamente aún no ha despegado como candidata -papel que se reparte con Quim Forn, número uno de la lista y preso político en Soto del Real- ya que las españolas lógicamente la han difuminado y la han sacado del plano central de la campaña. En el tiempo que resta, 23 días, deberá hacer el trabajo que otros llevan más tiempo preparándo. El hecho de que en esta ocasión no salgan ni concejales la CUP ni la formación de Jordi Graupera no los elimina de entrada sino que obedece en parte a la penalización de estar fuera del foco en las elecciones españolas.

Este resultado dejaría un complejo mapa de alianzas siendo el preferido de los electores barceloneses el pacto de izquierdas (33%) y, en cambio, para los electores de Esquerra la alianza entre independentistas y los comunes el escogido por el 44,5% de sus votantes y el de simplemente independentistas quedaría en segunda posición con el 34,5%., lejos del 21% que quieren un acuerdo entre las fuerzas de izquierdas. Pero bueno, esto hoy aún queda lejos con tantos votos esperando a decidirse.