El precio medio de la luz escalará este domingo hasta los 213,29 euros el megavatio hora (MWh) en lo que será un nuevo y peligroso récord histórico, y entre las 21:00 y las 22:00 horas se elevará a 271,8 euros (MWh). Otro dato: será la decimoséptima ocasión en que el precio de la luz rompe la barrera de los 200 euros/MWh, todas ellas durante el presente mes de octubre. Una última cifra para cerrar el círculo: el precio de este domingo es catorce veces superior al que registró el cuarto domingo del mes de octubre del pasado año, que fue de 14,78 euros.

Por la sangría que supone para el consumidor español esta imparable escalada, no sería extraño que se hubiera producido en la calle una auténtica revuelta social. Entre otras cosas, porque el precio de la luz, unido al aumento de los precios de la energía, son, seguramente, la antesala de un invierno mucho más duro de lo que nadie se imagina a estas alturas, mucho más con las benignas temperaturas que hay para estar acabando el mes de octubre, para cientos de miles de personas, incluso algún millón. El fracaso de esta semana de Pedro Sánchez en Bruselas, donde se ha reunido con los jefes de estado y de gobierno de la UE, tratando de encontrar un escudo común europeo para protegerse del desbocado precio de la luz y su demanda de medidas extraordinarias, se ha saldado con un lacónico "son los tiempos de Bruselas".

Aunque no es la primera vez que se produce, no está de más destacar el decreciente peso de la diplomacia española en Bruselas, donde hace tiempo que dejó de contar como un país de referencia. Así se ha visto en la designación de los principales cargos comunitarios que se han ido repartiendo últimamente o en la capacidad para atraer sedes comunitarias. Supongo que el hecho de que el último español que haya llegado a Bruselas con un cierto rango internacional sea el exministro y socialista Josep Borrell tampoco debe haber ayudado mucho a mejorar la imagen española, habida cuenta de los numerosos conflictos que ha tenido y las pifias que ha protagonizado.

De todas maneras, lo más sorprendente es que para la que está cayendo, los partidos estén alejándose de este debate y intentando que les salpique lo menos posible. Para el tipo de oposición que realizan PP, Vox y Cs, las tres formaciones de derechas pasan bastante de puntillas sobre el conflicto, a diferencia de lo que es, sin duda, el debate central de la ciudadanía. El Gobierno hace lo propio, y para no hablar de la luz prefiere hablar de la reforma laboral, a cuya batalla se han lanzado tanto PSOE como Unidas Podemos, olvidando que hace años que gobiernan y no han hecho nada.

Hablar de promesas siempre desgasta menos que abordar el presente. De eso no hay ninguna duda. Mientras algunos efectos colaterales como el aumento de la inflación —la más alta en los últimos 13 años— empieza a preocupar de manera importante en algún despacho. La primera consecuencia será la inminente subida de precios de la alimentación y a partir de aquí de diferentes bienes de consumo. Subidas generalizadas que serán mal soportadas por la economía española. Con este panorama a la vista será difícil cumplir las previsiones de crecimiento. Si el Gobierno no ha encontrado ayudas en Europa para contener el precio de la luz, lo que le viene encima puede ser enorme si se produce una tormenta perfecta.