La foto de familia de patronales, sindicatos y Gobierno se vuelve a hacer, esta vez en los jardines de la Moncloa, donde los agentes sociales y el presidente español han firmado el Pacto para la Reactivación Económica y el Empleo ante la crisis del coronavirus, el cual no queda demasiado claro qué implica más allá de "seguir con el diálogo social" y "un compromiso entre los agentes". Un pacto que llega en un clima de tensión entre los agentes sociales, a pesar de los repetitivos mensajes de los comparecientes que tratan de evitar la polémica, asegurando que "hemos venido a sumar aunque pensamos diferente".

Unas tensiones, sin embargo, que se han visto evidenciadas en los parlamentos después del acto de firma, en el cual han asistido el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el de Cepyme, Gerardo Cuerva; los líderes de los sindicatos UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo y, finalmente, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. El primero al hablar ha sido el Cuerva, quien ha recordado a Sánchez que no está de acuerdo con un aumento de impuestos como lo que se plantea desde La Moncloa.

En la misma línea ha hecho las declaraciones Garamendi, quien ha aseverado que, como Cuerva, "no comparto el planteamiento fiscal, creemos que no es el momento para hacer eso, a pesar de que sí que estamos de acuerdo en qué tenemos que combatir la economía sumergida". Al mismo tiempo, el presidente de la CEOE ha criticado los métodos poco transparentes del gobierno, y ha pedido "que las cosas se nos digan por vía ordinaria y no nos tengamos que enterar de las novedades por la prensa".

Los líderes sindicalistas se han centrado en hacer un "reconocimiento a los trabajadores que han sido a primera línea" y han reivindicado el papel del diálogo social, la "necesidad de un pacto por la industria y la transición ecológica" y la erradicación de la precarización "creando empleo de calidad". "Se trata de un compromiso histórico para salir de esta crisis con una mayor cohesión social", ha aseverado Sánchez.

Un pacto poco novedoso

Sánchez se ha esmerado al poner en valor el pacto aseverando que "es un excelente indicador de la salud democrática", y reivindicando el diálogo social con uno "cuando Epanya acuerda, España gana". Con todo, se trata de un acuerdo con pocas novedades, que recuerda las medidas que se han aprobado hasta el momento como la protección para los autónomos o la nueva línea de avales de hasta 50.000 millones de euros.

En este sentido, Pepe Álvarez ha afirmado que "desde el punto de vista del contenido hemos hecho actos que tenían mucha más importancia", pero ha revelado que "nunca se había hecho un esfuerzo como lo que hemos hecho en esta ocasión", teniendo en cuenta las tensiones de los últimos días.

Diálogo social entre tensiones

Las tensiones de los agentes sociales con el Gobierno provienen de hace semanas, con una primera ruptura por la derogación de la reforma laboral, momento en que la CEOE anunció que rompía el diálogo con Sanchez. Aunque en un principio se solucionó el conflicto y la patronal volvió a la mesa de diálogo, hay flequillos que por mucho que se intenten esconder delante de cámaras son evidentes.

Tanto la CEOE como la Cepyme han criticado duramente el Gobierno los últimos días. Los reiterados reclamos de alargar los ERTE hasta finales de año que Sánchez no ha cumplido o las divergencias sobre cómo se tiene que regular el teletrabajo son algunos de los puntos calientes de las últimas semanas entre patronal y Gobierno.