Iberia ha operado su primer vuelo propulsado por biocombustible producido por Repsol en España a partir de los residuos de la industria agroalimentaria, lo que ha evitado la emisión a la atmósfera de 1,4 toneladas de dióxido de carbono (CO₂). El vuelo, realizado este miércoles entre Madrid y Bilbao, ha sido operado con un avión A320neo, con capacidad para 180 pasajeros y uno de los aparatos más eficientes del mundo porque emite 5.000 toneladas menos de CO₂ al año y un 50 % menos de NOx (óxidos de nitrógeno).

El combustible sostenible utilizado es un 2% del que ha necesitado el avión para hacer el trayecto Madrid-Bilbao (el resto es queroseno), que ha evitado la emisión de 1,4 toneladas de CO₂, un 23 % de las habituales en este viaje, ha explicado a un grupo de periodistas el comandante del vuelo, Ismael Serrano.

La directora de Sostenibilidad de Iberia, Teresa Parejo, ha destacado durante el trayecto que en los próximos años los biocombustibles serán la mejor opción para reducir las emisiones contaminantes del transporte porque en el sector de la aviación la electrificación es de momento inviable y el hidrógeno renovable requiere de un avance tecnológico en los aviones muy costoso, además de la necesaria adecuación de los aeropuertos.

De momento, la producción de este tipo de carburante tiene un coste cinco veces mayor que el queroseno porque las producciones son muy cortas y todavía no se benefician de las economías de escala, pero el objetivo final es hacerlo competitivo y dinamizar el mercado, según la gerente senior de transformación de refino de Repsol, Berta Cabello. El combustible sostenible utilizado en este viaje fue producido el verano pasado en un lote de 5.300 toneladas en la refinería de Petronor (del grupo Repsol) en Bilbao a partir de grasas de la industria alimentaria. El lote permite reducir las emisiones de CO₂ en 300 toneladas, equivalente a unos cuarenta vuelos Madrid-Bilbao.

Se trata del tercer lote de biocombustibles para aviones fabricado por Repsol y el primero del mercado español hecho a partir de residuos. Los dos anteriores fueron producidos a partir de biomasa en las refinerías de la compañía en Puertollano (Ciudad Real) y Cartagena (Murcia). Iberia y Repsol trabajan juntas en un programa para desarrollar combustibles para la aviación bajos en emisiones y producir electricidad e hidrógeno renovable con el objetivo de descarbonizar la flota de vehículos de la aerolínea.

Cero emisiones en 2050

El Grupo IAG, al que pertenece Iberia, ha sido el primero del sector en comprometerse a lograr cero emisiones netas en 2050 y ya en 2030 pretende operar un mínimo del 10% de sus vuelos con combustibles de origen sostenible, según la compañía.

Además comprará un millón de toneladas de combustible de aviación sostenible al año para reducir las emisiones de carbono en dos millones de toneladas para 2030, equivalente a la absorción de CO₂ de un bosque con una extensión similar a 400.000 campos de fútbol.

La Unión Europea (UE) impulsa la oferta y demanda de combustibles de aviación sostenibles, que en 2025 deben representar el 2% de los usados; en 2030, el 5%, y en 2050, el 63%, según el paquete de medidas "Fit for 55" presentado por la Comisión en julio pasado.

Repsol pretende utilizar anualmente para 2030 tres millones de toneladas de residuos como materia prima para sus productos. En 2023 pondrá en marcha en Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que tendrá capacidad para producir 250.000 toneladas anuales de combustibles válidos para coches, camiones y aviones.

En 2024 tiene previsto poner en funcionamiento en el puerto de Bilbao una de las mayores plantas de combustibles sintéticos del mundo utilizando hidrógeno renovable y CO₂ como únicas materias primas, con una capacidad de producción de más de 2.100 toneladas anuales.

En esta experiencia ha colaborado también Aena, que trabaja para promover la descarbonización y la producción de combustible sostenible, según la responsable de Sostenibilidad del gestor aeronáutico, Ana Salazar.