El día del trabajador, el primero de mayo, siempre es una jornada en la cual los sindicatos, de todos los colores, y trabajadores aprovechan para hacer las grandes reclamaciones anuales a las administraciones y patronales del país, y este domingo no será diferente en este aspecto. Este año las reclamaciones se centrarán en, según anunciaron el pasado lunes los secretarios generales de los principales sindicatos del país, CCOO y UGT, Javier Pacheco y Camil Ros, la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y un mayor control de los precios después de la ola inflacionista que estamos viviendo que ha llevado al IPC en cotas que no se veían desde los años 80. Además, tenemos que recordar que este será el primero 1 de mayo con cierta "normalidad" después de que las dos últimas ediciones fueran marcadas por la pandemia, cosa que provocará la vuelta de la tradicional manifestación sindical por la Via Laietana.

Al mismo tiempo, dejando de lado la parte más reivindicativa, los sindicatos también celebrarán una cosa y es que este 2022, los trabajadores tienen más derechos de lo que hace un año después de los grandes acuerdos entre Gobierno y trabajadores por la Reforma Laboral, el acuerdo sobre el aumento de pensiones y la subida del salario mínimo a 1.000 euros mensuales. Ahora bien, los sindicatos ya avisaron de que, a pesar de estos pactos, seguirán luchando por tener mejores condiciones día a día.

Recuperación de poder adquisitivo

La demanda para la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores será la principal reivindicación de este domingo después de la escalada de precios de los últimos meses que han provocado que la inflación haya batido récords, por eso los sindicatos reclamarán a la patronal que adapten los salarios a la inflación. "Lo que plantea la patronal es una espiral perniciosa que nos conducirá a una nueva crisis", avisó a Pacheco el lunes pasado en rueda de prensa, añadiendo que los trabajadores no pueden aceptarlo porque se traducirá en un incremento de las desigualdades.

En la misma rueda de prensa, Ros y Pacheco también criticaron "el inmovilismo" de la patronal con respecto al pacto de rentas. Para Ros, "va mucho más allá", ya que no solo hay que tratar como los salarios suben y cuando sino también que tiene que haber "una participación por parte del Gobierno para poder hablar de fiscalidad y otras cuestiones". En este sentido, el líder de UGT advirtió que "empieza a haber conflictividad laboral en algunos sectores" y que eso "irá además y no en menos". Como gran ejemplo puso sobre la huelga anunciada y desconvocada a última hora de los trabajadores de la limpieza en Barcelona y ha dicho que esta mayor conflictividad se irá extendiendo "convenio sectorial en convenio sectorial y en algunos casos de empresa en empresa".

También habrá espacio para la celebración

Ahora bien, a pesar de las muchas reivindicaciones de los trabajadores, este lunes Ros señaló que el 1 de mayo también incluirá una parte de celebraciones. Y es que por primera vez en muchos años se vivirá en "mejores condiciones" después de la aprobación de la reforma laboral, un acuerdo de las pensiones o del Salario Mínimo Interprofesional. Ahora bien, a pesar de las celebraciones, el secretario general de la UGT ya avisó de que seguirán trabajando para que esta circunstancia se repita cada año y siempre haya mejores condiciones para los trabajadores que el año anterior.

Sobre la reforma laboral, Ros aplaudió que ya se haya traducido con un aumento de la contratación indefinida del 80% y del 99%, el doble, entre los jóvenes durante el primer trimestre de este año, en comparación con el mismo periodo del 2019. "Es evidente que sirve [la reforma laboral] y sirve especialmente para gente más joven", ha señalado. Otra de las propuestas trasladadas por los sindicatos es la transferencia de rentas directas en los sectores más vulnerables y más afectados por la crisis, con ayudas directas de 300 euros para las rentas que se encuentren por debajo del Salario Mínimo Interprofesional. El secretario general de CCOO también reclamó que se dé respuesta a "incertidumbres estructurales" como la salida a la crisis sanitaria y las afectaciones en el ámbito de salud y la educación; o a la situación causada por el cambio climático y la digitalización.