Los objetivos que se ha propuesto alcanzar España en cuanto a déficit para finales del 2016 se alejan de los pronósticos de otros organismos internacionales. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la Unión Europea (UE), la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) o el Banco Central Español (BCE) difieren sustancialmente en sus previsiones económicas con respecto a las que facilita el Gobierno español. A todo eso, España se mantiene a la espera de una posible multa de la UE para incumplir las metas fijadas.

Mientras España determina un déficit del 3,6% de su Producto Interior Bruto (PIB), ningún organismo internacional ve las cifras con estos ojos. Los pronósticos que más se aproximan son los del OCDE, que precisan un déficit del 3,7% del PIB a finales del 2016. Por su parte, la Comisión Europea señala que este será del 3,9%. Peores predicciones vaticina el BCE, que sitúa en un 4,1% el déficit del Gobierno español. Y la AIReF, que fue el pronosticador más preciso el año pasado, predice que España acumulará un déficit del 4,7%.