Las mujeres tienen por término medio el 30% menos probabilidades de ser citadas para una entrevista de trabajo que los hombres con las mismas características, un porcentaje que aumenta hasta el 35,9% menos en caso de que esta mujer sea madre. ¿Así se desprende del estudio 'Tienen las mujeres menos oportunidades de ser contratadas'? Publicado por el Observatorio Social de "la Caixa".

El informe, realizado por María José González, Clara Cortina y Jorge Rodríguez-Menés -todos ellos, de la Universidad Pompeu Fabra-, surge después de una investigación experimental que ha consistido en enviar currículums ficticios de personas de entre 37 y 39 años a 1.372 ofertas de trabajo reales en Madrid y Barcelona.

Los currículums respondían a ofertas de 18 puestos de trabajo diferentes que variaban en grado de feminización, calificación requerida y responsabilidad. En términos generales, del total de currículums considerados (más de 5.600, ya que se enviaron un par de currículums equivalentes para cada vacante oferta, con la única diferencia que, en un caso, se trataba de una candidata mujer y, en el otro, de un hombre), los candidatos hombres fueron citados a entrevistas en mayor proporción (10,9%) que las mujeres (7,7%).

En igualdad de condiciones, la probabilidad de recibir la propuesta de una entrevista de trabajo fue el 30% menor para las mujeres que para los hombres. El informe analiza también el efecto diferencial de tener hijos en hombres y mujeres, así como la preparación para el empleo.

Menos posibilidades para las madres

Por una parte, el estudio revela que la probabilidad de recibir una llamada para una entrevista era el 23,5% menor para las mujeres sin hijos que para los hombres en idénticas circunstancias. No obstante, el estudio constata que son las mujeres con hijos las que sufren una mayor discriminación en los procesos de contratación laboral, ya que se enfrentan a una doble penalización; la condición de mujer y la de madre.

Así, una mujer con descendencia tiene el 35,9% menos probabilidades de recibir una llamada para una entrevista de trabajo que un hombre con las mismas características y que también es padre.

A pesar de las diferencias de género, los autores señalan que la discriminación de las mujeres no desaparece, pero sí que se reduce, cuando los candidatos están mejor preparados para el sitio de lo que se pide en la oferta. Es decir, la penalización de género es menor si, además de lo que requiere, los aspirantes tienen conocimiento de un idioma adicional y más experiencia laboral.

Discriminación estereotipada

Los autores concluyen que los sesgos de género en los procesos de contratación estarían basados en estereotipos sobre la productividad, más que en prejuicios. Los empleadores varían sus respuestas cuando las mujeres tienen más competencias que otros candidatos similares (como, idiomas, sólida carrera laboral o experiencia en tareas de supervisión). De hecho, los datos sugieren una práctica ausencia de discriminación en mujeres sin hijos altamente cualificadas.

El informe también señala tres datos que muestran desigualdad entre mujeres y hombres: la menor tasa de empleo de ellas (en el 2017, el 67,1% de las mujeres estaban trabajando, enfrente del 79,2% de los hombres), la mayor presencia de contratos a tiempo parcial entre las mujeres (el 24,1%, enfrente del 7,3% entre los hombres) y el salario base más bajo entre las mujeres (comparando trabajos equivalentes, el salario / hora de ellas es entre el 20 y el 35% inferior al de los hombres).