La morosidad de los créditos concedidos por los bancos, cajas y cooperativas en particulares y empresas se ha estancado en un 10,12% en enero, con lo cual se mantienen los niveles mínimos registrados ahora hace tres años y medio, según los datos provisionales publicados este viernes por el Banco de España. Un dato que "todavía está lejos de los niveles más bajos alcanzados en los mínimos previos a la crisis" ha asegurado, al analista de XTB, Jaime Díez.

Esta tasa incluye el cambio metodológico en la clasificación de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), que han dejado de ser considerados dentro de la categoría de entidades de crédito. La cifra total de créditos dudosos ha caído en enero hasta los 133.422 millones de euros, 905 millones menos que al cierre de 2015. En un año, los dudosos se han reducido en 38.302 millones de euros. Así, la morosidad de la banca se ha reducido en 3,48 puntos porcentuales respecto al máximo histórico de diciembre de 2013, cuando se situó en el 13,6%.

Díez entiende que la nueva "vuelta de tuerca" del presidente del instituto emisor, Mario Draghi, "estrechando más todavía" los tipos de interés "tendría que incrementar la formalización de créditos a tipo fijo, reduciendo la volatilidad tanto de clientes como de entidades y favoreciendo nuevas bajadas de morosidad tanto en el corto como en el medio plazo." La caída de la morosidad se ha producido aunque el crédito global del sector ha vuelto a bajar en enero. En concreto, se ha reducido un leve 0,64%, hasta situarse en los 1,318 billones. En términos interanuales, el crédito global se ha reducido un 3,66%. Sin incluir los datos metodológicos, la ratio de morosidad se colocaría en el 10,32%, ya que el saldo de crédito caería hasta los 1,291 billones. 

A pesar de todo, las entidades financieras todavía mantienen sus provisiones prácticamente en el mismo nivel que el mes anterior, en los 79.508 millones de euros. En diciembre de 2015, este colchón se situaba en 79.525 millones. Y el único impedimento que podría cruzarse en el camino de la caída de la mora sería una moderación económica "más severa del esperado y una gran volatilidad a los mercados financieros" similar a lo que se vivió el mes de agosto, ha explicado Díez.