María José Rueda ha hecho prácticamente de todo y ha vivido incluso un poco más. Formada en filología inglesa, escritura creativa y coaching, ha sido profesora, comercial y ha trabajado en marketing. También ha vivido un año en Venezuela. Decidió emprender cuando la despidieron por haberse quedado embarazada. Ahora, es madre de un niño de tres años y emprendedora con la asesoría de coaching Wadaka Konnection. Lo combina todo. Y sin enseñar, acompaña y aprende en un camino compartido. "Cuando te gusta mucho una cosa, es un mundo que no se acaba nunca."

¿Cómo pasas de profesora a coach?

Empecé en las escuelas como profesora de inglés pero era todo muy directivo y no me gustaba. He cambiado varias veces de trabajo pero siempre han sido relacionadas con los idiomas, el comercio internacional o el marketing. Pero todavía no me gustaba del todo y decidí cogerme un año sabático para ir a Venezuela. Allí estudié coaching y facilitación. Cuando volví me formé en psicoterapia corporal y me dediqué al coach English (acompañar y ver cuáles son los problemas para aprender el inglés) dentro de la consultoría lingüística. Y me echaron de la empresa cuando me quedé embarazada.

Me echaron de la empresa cuando me quedé embarazada

Una situación tan indignante como delicada.

Sí, y me quedé un poco confundida. Cobré el paro, me seguí formando y me hablaron de la capitalización del paro y de Trinijove. Me ayudaron mucho a hacer aterrizar el proyecto y vender todas las ideas que tenía. Junto con mi socia, definimos un plan de empresa de donde salió Wadaka Konnection.

¿Y la financiación?

Pedí un crédito ICO en Banc Sabadell y utilicé la capitalización del paro. El proyecto empezó con 10.000 euros.

¿Qué balance haces de este año y medio?

Estoy muy cansada y muy contenta. Me da para vivir. Pero es justo, porque se tienen que pagar muchas cosas y no cobro al momento. Antes, tenía cada mes el dinero allí y ahora hay meses en que lo tengo y otros que tardan en pagarme o que directamente quizás no hay tanto trabajo. En verano no hay prácticamente nada y hay meses que se tienen que compensar con los otros. Eso se tiene que prever y ha sido todo un aprendizaje.

¿Qué más has aprendido?

Ha habido mucho trabajo a nivel administrativo y de marketing. Más de lo que yo me pensaba. He tenido que aprender mucho de todo, incluso lo que no me gusta, como la contabilidad. No tengo prácticamente tiempo para preparar las clases y todavía tengo que mejorar algunas herramientas de marketing. Aquí hago estrategia, redes sociales, página web, blog, newsletter... He tenido que trabajar mucho de noche y creo que tendría que pagar alguien para hacer todas estas tareas y así yo me podría especializar en la formación del coaching.

El coaching es un acompañamiento para llegar a un punto que una persona quiere pero no sabe cómo

¿Cómo definirías el coaching?

Es un acompañamiento para llegar a un punto que una persona quiere pero no sabe cómo. Yo les doy la perspectiva pero el trabajo lo hace la propia persona. Estamos muy en contacto con las emociones. No hay aprendizaje sin las emociones. Mi objetivo es ayudar a la persona a descubrirse siempre y cuando quiera hacerlo. Con la psicoterapia corporal creo un espacio de acogimiento, relajación y confianza. Me resulta más fácil llegar a las emociones de la gente de una manera más respetuosa. Aprendes muchas cosas cuando acompañas a alguien.

Acompañamiento y aprendizaje, ¿pero no enseñanza?

No me gusta la palabra enseñanza. Yo no enseño nada, acompaño a la gente a hacer un camino. Cada uno coge su responsabilidad y yo solo los ayudo a llegar. Es un camino compartido.

¿Qué más quieres hacer?

Hasta ahora he mezclado psicoterapia y formación. Más adelante, quiero hacer también coaching formativo. Cuando me reuní con la directora de la escuela donde irá mi hijo, me preguntó qué esperaba del centro y le respondí que no quería que perdiera la curiosidad y que lo ayudaran a encontrar caminos para que descubriera cosas. Tengo un poco de miedo de que entre a la escuela.

Tener un hijo o tener una empresa es lo mismo a nivel de trabajo

¿Qué consejo darías a alguien que empieza?

Ser madre y emprender es mucho trabajo. Es igual que se lo digas a la gente, porque no te creen hasta que no se lo encuentran. Tener un hijo o tener una empresa es lo mismo a nivel de trabajo. Se tiene que concretar mucho cuál es el target del público y qué quieres hacer. Al mismo tiempo, tiene que ser un proyecto que te guste mucho porque hay mucho trabajo y no te puedes quemar. Cuando te gusta mucho algo, es un mundo que no se acaba nunca.