El espacio que ocupaban los antiguos peajes de la C-32 y la C-33, se convertirán en plantas fotovoltaicas que generarán unos 20.000 megavatios anuales, según ha informado este lunes el vicepresident y conseller de Territori i Polítiques Digitals, Jordi Puigneró. Estas actuaciones costarán un total de 8,5 millones de euros y afectarán a los peajes de Vilassar de Mar, Arenys de Mar, Santa Susanna y Mollet del Vallès, y según ha informado el vicepresidente en una rueda de prensa, la electricidad verde resultante de estos espacios servirá para que toda la red vial catalana sea energéticamente autosuficiente y, además, supondrá un ahorro de 5.000 toneladas de CO₂ cada año.

Concretamente, estas plantas fotovoltaicas ocuparán una superficie de 11 hectáreas, un espacio equiparable a 22 campos de fútbol, y la previsión del Govern es redactar el proyecto de cara al año que viene y poder ponerlo en marcha en el 2023. Además, en caso de que estas plantas produzcan excedente, el vicepresidente también ha anunciado que se instalen varios puntos de recarga para vehículos eléctricos.

 

En el proceso de redacción del proyecto será cuando se defina exactamente cómo serán estas plantas, y el vicepresidente ha apuntado que podrían ser marquesinas elevadas con zona de aparcamiento en la parte inferior, entre otras opciones. En este sentido, un estudio del Departament muestra que las áreas afectadas por la liberación de los peajes tienen un gran potencial fotovoltaico, ya que están conectados a la red eléctrica y sus condiciones son "óptimas" para la generación de energía solar porque son terrenos planos y con una "buena irradiación".

"Tenemos un firme compromiso con la lucha contra cambio climático y la reducción de emisiones de CO₂", ha defendido al vicepresidente Puigneró. Las placas que se instalarán dentro de dos años en el espacio de los antiguos peajes prevén ahorrar 5.000 toneladas de CO₂, una cifra equiparable a sacar cerca de 3.000 vehículos diarios a los accesos de Barcelona.

tuit vicepresidente Govern Jordi Puigneró peajes C-32 y C-33

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Tráfico normalizado

El anuncio del Departamento ha coincidido con la normalización del tráfico en la C-32 a su paso por Vilassar de Dalt y en la C-33 en Mollet del Vallès. En estos dos puntos, los vehículos ya no tienen que atravesar las estructuras de los antiguos peajes reduciendo la velocidad porque las cabinas de la parte central de la vía ya son historia.

Los trabajos para liberar físicamente la autopista ya han finalizado y se prevé que a lo largo de la próxima semana también se pueda circular con normalidad por el tramo norte de la C-32, a Arenys de Mar y Santa Susanna. "Lo teníamos todo preparado para hacer las obras que estas vías ya estén funcionando con absoluta normalidad dos meses después", ha celebrado el conseller.

Puigneró, en cambio, ha denunciado que el Govern no haya sido tan ágil y las antiguas cabinas de la AP-7 y el AP-2 y que las cabinas todavía continúen de pie. "Las obras no han ni empezado", ha lanzado. El vicepresidente reclama al Estado que "acelere" la demolición de las estructuras de los peajes para evitar nuevos problemas de tráfico y de seguridad.