El personal de seguridad de la empresa Trablisa, que da servicio a Aena en el aeropuerto del Prat y que ha empezado hoy una huelga indefinida, se ha concentrado a las 12 del mediodía en la entrada de la Terminal 1 para reivindicar sus derechos y explicar sus quejas. Los trabajadores consideran que están "en precariedad", con sueldos "que no llegan a los 1.200 euros netos", que "no podemos ni ir al lavabo cuando lo necesitamos" y que "encima, no nos dejan ni manifestarnos cómo haría falta".

De hecho, se decretaron para esta huelga unos servicios mínimos del 90%, que según Trablisa se están cumpliendo, y ciertamente las complicaciones en los filtros de seguridad han sido mínimas durante la jornada. Con todo, Fidel Gómez, del comité de huelga, ha explicado a los medios que "la empresa ha autorizado abrir todos los filtros con 5 personas en vez de 6, de manera que hay funciones que no se están haciendo como haría falta, principalmente los controles aleatorios de sustancias y maletas". Estos controles acostumbran a tener dos personas por filtro dedicadas a la tarea, y ahora sólo hay una, "por lo cual se hacen la mitad". En este sentido, critican, "a Aena les importa más la fluidez y que los pasajeros pasen rápido que no la seguridad del aeropuerto".

Todos los filtros abiertos

Los trabajadores se quejan de que la compañía se ha empeñado al hacer ver que no hay huelga, y para hacerlo "han decidido abrir todos los filtros con 5 trabajadores en vez de 6", y, además, "han traído refuerzos de Mallorca, 6 trabajadores de seguridad que han venido hasta aquí y los pagan mucho más que a nosotros". Llevamos todo el año pidiendo más personal y no nos hacen caso; en cambio hacemos una huelga y no los cuesta nada traer gente de fuera para que no se note", critican.

En más de la falta de personal, los trabajadores se quejan de lo que sólo faltan activos sino activos mujeres. María Fernández, una de las trabajadoras con más antigüedad, explica que "a menudo sólo hay una mujer por filtro, cuándo tendría que haber mínimo dos, porque sino cuando una tiene que ir al lavabo, la mujer del filtro del lado tiene que cargar con el trabajo suyo y el de la compañera que ha salido", explica.

Y es que el tema del lavabo es una reivindicación muy extendida entre los trabajadores. "Un montón de trabajadores ha sufrido varias infecciones de orina por tener que estar aguantándonos, es algo mucho frecuente entre nosotros", explica otra trabajadora que ha preferido no dar su nombre.

Otro de las quejas es el calor. "No hay aire acondicionado en los filtros, pero sí que hay abajo en las tiendas y restaurantes", algo de que se quejan no sólo los trabajadores sino también hay quejas formalizadas por parte de los pasajeros. "Suponemos que lo hacen estratégicamente para que los pasajeros pasen rápido los filtros y vayan a consumir a las tiendas y a los bares". En definitiva, dicen, "no los importa la seguridad, sólo los importa que la gente pase rápido y se vaya a gastar".