Freixenet y la empresa Henkell tienen previsto firmar hoy en Barcelona el acuerdo por el cual el grupo alemán adquirirá al 50,7% del productor español de cava. Algunos representantes de la dirección de la firma cavista se han citado con la filial vinícola de Dr Oetker, en Barcelona para cerrar la operación, después dos años de negociaciones. La previsión es que la rama familiar de los Hevia Ferrer venda toda su participación (29%) y que los Bonet Ferrer se deshaga sólo de un 21,75% del total de sus acciones. La parte restante de esta rama corresponde a Josep Lluís Bonet, presidente de la compañía, que siempre se ha opuesto a ceder sus acciones. El otro 42% que resta de Freixenet es propiedad de la tercera rama, los Ferrer Noguer, encabezada por el presidente de honor, Josep Ferrer, que tampoco es partidario de vender. Se espera que la operación se firme este mediodía y se materialice durante los próximos meses.

Con la firma de este viernes se prevé poner punto y final a unas negociaciones que empezaron en marzo de 2016, y que se han alargado hasta ahora debido, principalmente, a la muerte de las dos hermanas de Josep Ferrer y a las discrepancias de algunos de los accionistas hacia la venta de la mayoría de las acciones en una empresa externa. La rama de los Hevia Ferrer siempre se ha mostrado interesada al vender, mientras que parte de los hermanos Bonet Ferrer han sido los últimos al decantarse a favor de ceder las acciones a Henkell, que pagará por este porcentaje mayoritario de las acciones de Freixenet un total de 220 millones de euros.

Durante estos dos años, la familia ha reiterado públicamente en numerosas ocasiones que las conversaciones sobre la venta no habían afectado "la armonía" entre los diferentes hermanos y primos, defendiendo que la adquisición por parte de Henkell no haría tambalearse "la estructura y filosofía familiar". El presidente, José Luis Bonet –también presidente de Feria de Barcelona-, y el director de marketing, Pere Bonet –al mismo tiempo presidente de la DON Cava-, son los que más se han empleado al difundir este mensaje ante las insistentes preguntas de la prensa.

En este sentido, Pere Bonet destacaba que la entrada de Henkell sería positiva para Freixenet porque, entre otros motivos, permitiría reforzar la presencia exterior de la empresa cavista, que actualmente ya basa el 80% de sus ventas en las exportaciones además de 140 países.

Por otra parte, simultáneamente a las negociaciones con Henkell, Freixenet ha debatido durante los últimos meses la continuidad de su sede social en Catalunya. El presidente de la compañía, contrario al proceso independentista, ha puesto dos veces a debate esta cuestión encima de la mesa del Consejo de Administración: después de la aplicación del artículo 155 de la Constitución y después de las elecciones del 21-D. En las dos ocasiones, la compañía ha aprobado mantener la sede en Sant Sadurní d'Anoia.