El recién (re)nombrado ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ha estrenado cartera ministerial con nuevos mensajes cargados de esperanza y optimismo. Prudencia aparte, ha asegurado que España cumplirá "holgadamente" con el objetivo de reducir el déficit público hasta el 4,6% del PIB en 2016 y el 3,1% en 2017. "En función de las medidas que se han adoptado", ha añadido. ¿El motivo? Un crecimiento económico que va a ser "claramente superior" al previsto inicialmente. O en palabras del propio Guindos: "Tenemos un cuadro macroeconómico con un crecimiento este año del 2,9% y del 2,3% para el año próximo. Los datos ponen de manifiesto que este año va a ser claramente superior el crecimiento económico y que lógicamente también el año que viene lo puede ser".

Pero lo cierto es que el optimismo como la confianza hay que ganárselo. Y de momento, más allá del Banco de España que ya anticipó hace poco más de un mes que estima que el déficit cierre el presente año con un 4,9% del PIB y un 3,6% en 2017, Moody's tampoco lo ve para nada claro. Y mucho menos holgado. De hecho, la agencia norteamericana de cualificación crediticia considera que la formación de un nuevo gobierno en España no aleja la incertidumbre política y presupuestaria del país. Todavía más: no cree que España pueda alcanzar los objetivos de déficit pactados con Bruselas. 

De un punto a otro, Moody's ha explicado lo siguiente: "La falta de una mayoría y la naturaleza fragmentada del actual parlamento son escollos importantes para cualquier esfuerzo de abordar las debilidades estructurales de las finanzas públicas españolas" y en este sentido, "tenemos poca confianza en que España cumpla los objetivos fiscales establecidos por la Comisión Europa". Entre el dicho y el hecho, un trecho. Y ante todo, Moody's no descarta nuevas elecciones anticipadas por la falta de apoyos al también recién (re)nombrado presidente, Mariano Rajoy

Un presupuesto como obligación

A la espera de que Guindos comparezca este martes ante el Parlamento Europeo para dar explicaciones acerca de la desviación del déficit y reivindicar que "España ha cumplido con la acción efectiva que se le requería", el ministro de Economía ha destacado que el Gobierno tiene la obligación de presentar un nuevo plan presupuestario para el próximo año. Como si de un ensayo se tratara. Un cometido por el que asegura haber entablado ya conversaciones con los distintos grupos parlamentarios. 

"La idea es presentar en las próximas semanas este presupuesto cumpliendo con nuestro compromiso del 3,1% (déficit del 2017), con una tasa de crecimiento seguramente superior a la que habíamos presentado inicialmente y presentando lógicamente todas las medidas necesarias", ha explicado justo antes de reiterar que "las medidas que ha adoptado el Gobierno en funciones van a permitir cumplir con el 4,6%. Eso ya es una buena noticia porque entras en el año próximo con una situación presupuestaria mejor y hace más fácil el cumplimiento del 3,1%". Además de un esfuerzo estructural del 0,5% del PIB, lo que equivale a 5.500 millones. No obstante, Guindos no ha querido hacer referencia a medidas concretas y se ha limitado a señalar que "hay diferentes alternativas".