La Catalunya Nord se encuentra en una situación complicada a causa de la falta de combustible. Algunas de las refinerías más importantes, como Total y Esso, tienen poca oferta de combustible a causa de una huelga de su personal, que reclama mejorar sus condiciones salariales. En concreto, hay 11 estaciones de servicio cerradas y 39 en cierre parcial de las 87 totales que hay en la zona. Ante esta situación, las autoridades del territorio establecieron el pasado martes un límite de oferta en las estaciones, así como restricciones a los usuarios. Según explicaron, está prohibido el uso de bidones y se ha limitado llenar 30 litros para los turismos, mientras que para los camiones el máximo son 120 litros. Unas medidas que se irán modificando y las cuales se pueden levantar durante el fin de semana, informaron. El Gobierno francés ha obligado la reapertura de dos refinerías para hacer frente a la escasez de combustible, pero la mayoría de trabajadores han decidido mantener la convocatoria.

"En estos momentos, 11 estaciones de servicio están totalmente cerradas y 39 están afectadas por un cierre parcial", han asegurado las autoridades en un tuit. Además, han señalado que "estas dificultades no están ligadas a la indisponibilidad del recurso en los depósitos sino a dificultades logísticas entre los operadores, combinadas con un sobreconsumo preventivo." Es por eso que han recordado a los ciudadanos las medidas establecidas y han pedido "adoptar un comportamiento habitual de consumo".

Reunión del Gobierno francés

Ante esta situación límite, el Gobierno francés ha organizado una reunión de crisis para analizar el seguimiento de la huelga en las refinerías. Hay que recordar que las autoridades han obligado a reanudar la actividad a algunas de las refinerías del país con el fin de poder ofrecer los servicios mínimos, una medida mucho límitda porque sólo implica "un pequeño número" de trabajadores, según ha explicado el portavoz del Gobierno, Olivier Véran. Después del encuentro, Véran ha apuntado que el objetivo es "que se pueda desbloquear el centro de carburantes tan pronto como sea posible para recuperar una situación normal" y ha insistido en que el Ejecutivo ha querido actuar "con tacto y medida". Por su parte, la primera ministra, Élisabeth Borne, ha explicado que decidió recurrir a la obligatoriedad de reanudar la actividad en dos refinerías después de que la dirección hubiera firmado un acuerdo salarial con los sindicatos mayoritarios.