El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri ha advertido que "las fusiones no son un antídoto ante los problemas de solvencia" ya que conllevan "dificultades", riesgos de ejecución y resultan "muy complejos de gestionar". Por ello, considera que no solo no van a producirse fusiones en el corto plazo sino que todavía habrá que esperar unos tres años. En el caso de la entidad que preside y los rumores de una eventual fusión con BMN, ha explicado que tendría "sentido industrial" y desde un punto de vista de negocio, dado que ambos bancos son "complementarios" por su red de distribución.

"Sin haber visto ningún número, porque no toca, sí tiene sentido [una fusión entre Bankia y BMN]. Tiene un sentido industrial bastante claro", ha concretado Goirigolzarri en su ponencia en los cursos de verano organizados por la APIE en la UIMP bajo el título ¿Qué hemos aprendido de la crisis?. Sin embargo, Goirigolzarri ha reiterado que este tipo de operaciones quedan todavía "muy lejos" ya que la Comisión Europea no permite al banco controlado en un 65% por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) adquirir nuevas entidades hasta junio de 2017. Y además cualquier operación corporativa de este tipo, debe ir en línea con los intereses de los accionistas minoritarios. 

Bancos públicos insostenibles 

Por otra parte, Goirigolzarri ha alertado de los riesgos de una banca pública ya que asegura no conocer ningún banco público que sea "sostenible". En ese sentido, se ha mostrado "sorprendido" por la "poca memoria" sobre el pasado tras explicar que cuando llegó al banco, en mayo de 2012, se encontró un "concepto" de banca pública en BFA, matriz de Bankia que también preside. Goirigolzarri ha subrayado que el consejo de administración de BFA estaba representado por partidos políticos, sindicatos y patronales. "Creo que es evidente a dónde nos llevó ese problema", ha lamentado.

El presidente de Bankia ha vinculado la devolución de los casi 22.500 millones de ayudas públicas inyectados en la entidad al "momento y forma" de su privatización, al tiempo que ha considerado que tiene sentido estudiar alargar el plazo para la salida del Estado del capital, fijada por ley el 31 de diciembre de 2017. "La aspiración de Bankia es dejarnos la piel con la idea de devolver las ayudas públicas", ha garantizado. Al respecto, ha admitido que privatizar la entidad en la actualidad implicaría perder una cantidad "significativa" de las ayudas ante el valor actual en el mercado. "No es la manera más inteligente", ha apuntado, al tiempo que ha abogado por una privatización similar a la de Argentaria.

Un gobierno de Podemos y Brexit

Preguntado por si continuaría al frente de la entidad si llegan al Gobierno partidos como Podemos, que propone un modelo de banca pública, el presidente de Bankia ha reafirmado que el equipo gestor de Bankia está comprometido con el actual proyecto, que tiene un mandato "claro": una gestión profesional sin injerencias políticas para crear valor y devolver las ayudas públicas. Bankia ha devuelto 1.627 millones tras la venta de un 7,5% de la participación del FROB y el reparto de los dos primeros dividendos en la historia de la entidad.

"Si ese mandato se modifica, ya veremos", se ha limitado a señalar, para después insistir en que tomará una decisión en función de si llegan a materializarse o no dichas hipótesis. "Si no llega (esa hipótesis de Podemos en el Gobierno), no hay que tomar ninguna decisión", ha reflexionado.

Por último, Goirigolzarri ha dado por zanjado el "grueso" del ajuste de plantillas y oficinas en el sector bancario y ha avisado de que el Brexit sería una "muy mala" noticia para el Reino Unido y para Europa, tanto desde el punto de vista económico como político. "Me encantaría que Reino Unido se mantuviera en la UE", ha defendido.