La Generalitat se propone acelerar el cambio de modelo energético y fija en el año 2035 la fecha en que toda la energía que consume sea de autoproducción, adelantándose así a los hitos marcados por la Unión Europea, que sitúan este objetivo en el año 2050. Para hacerlo, se prevén instalar placas solares fotovoltaicas en los techos de todos los edificios públicos. En una primera fase, hasta el 2021 se prevé llegar a 113 equipamientos públicos con una inversión de 13 millones. El proyecto prevé que del excedente energético que resulte se destine un 50% a reinvertir en nuevos proyectos y con el 50% restante se creará un 'banco de energía' orientado a ayudar a las familias vulnerables en situación de pobreza energética.

El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, defiende que con este paso adelante la Generalitat se sitúa como "agente activo" del mercado energético con el objetivo de "descentralizarlo". En este sentido, el vicepresidente argumenta que uno de los principales problemas del mercado energético, y que influye en la fijación de precios, es la concentración de la generación de energía en los oligopolios.

"Para combatir el oligopolio tenemos que ser agentes activos y ponemos los techos de la Generalitat al servicio de la generación de energía", ha lanzado. "No tenemos capacidad reguladora por los límites de la autonomía que queremos superar, pero tenemos voluntad de hacer esta transformación con ambición de país", añade. En este sentido, Aragonès asegura que hay que cambiar la manera de "producir, distribuir y consumir" energía para que la transformación energética sea verdaderamente inclusiva.

Aragonès espera que la entrada de la Generalitat en el mercado energético como generador de energía tenga "impacto" y ha adelantado que en función de cómo evolucione la estrategia energética los próximos años se podría valorar la posibilidad de crear una empresa pública de energía. "Hay muchas figuras e iremos estudiando si hace falta hacerlo o no, pero la actividad de generadora de energía ya se hace", se explica.

En este sentido, el Govern ha creado una división de servicios energéticos de Infraestructures.cat, que será la encargada de gestionar el despliegue de la estrategia energética, tanto por su experiencia en la construcción y gestión de equipamientos públicos, como también al orientar las prácticas constructivas hacia la sostenibilidad. El nuevo órgano actuará principalmente en tres áreas: eficiencia energética e innovación, energías renovables y la adopción de tecnologías digitales innovadoras con un centro de telemando para la monitorización y control de los inmuebles.

El vicepresidente ha subrayado que esta estrategia también persigue el objetivo de combatir la pobreza energética. Es por este motivo que la Generalitat creará un 'banco de energía' que destinará un 50% de los excedentes de la producción a las familias más vulnerables: "Esta revolución energética no puede dejar a nadie atrás". El otro 50% del excedente irá destinar a la financiación de nuevos proyectos.

113 equipamientos antes de 2021

Con respecto al calendario de despliegue, el Govern prevé llegar a instalar placas solares en los techos de 113 equipamientos antes de 2021. En concreto habrá 43 institutos de toda Catalunya, donde se invertirán 4 millones de euros, y 70 equipamientos de diferente tipología en las Tierras del Ebro y Campo de Tarragona, donde la inversión prevista es de 9 millones. Durante este periodo también se harán auditorías energéticas en los centros penitenciarios catalanas para hacer también instalaciones de biomasa o energía fotovoltaica.

Para el 2025, la previsión es que se pueda ya autoproducir el 5% de la energía que consume a la Generalitat. En cifras eso significaría llegar a 1.200 equipamientos con una superficie en cubierta de 1.000 metros cuadrados por término medio. Finalmente, antes del 2035 se prevé llegar al 100% de autoconsumo y, en paralelo, se impulsarán otras iniciativas para que el sector público se acabe convirtiendo en un factor acelerador del cambio de modelo energético.