Los economistas coinciden en que el principal problema de la actual crisis económica es la pandemia del coronavirus, por delante de la misma guerra de Ucrania. Tan sólo desde el punto de vista cronológico, la punta de lanza de todas las derivadas se sitúa en el problema mundial sanitario del año 2020. A partir de aquí, combatir esta enfermedad ha comportado mejoras, pero también un empeoramiento en según qué países.

A modo de ejemplo, la política 'tolerancia cero covid' aplicada por el gobierno chino de Xi Jinping, ha sometido al gigante asiático al caos social y económico. Así pues, actualmente China está agotando a las arcas de sus gobiernos locales y supone una nueva amenaza para la economía y los inversores en bonos. La provincia de Jilin, al nordeste del país, ha advertido de "conflictos cada vez más pendientes" entre el gasto y los ingresos. Las finanzas de casi la mitad de sus 60 gobiernos de distrito son tan ajustadas que están expuestas a "riesgos operacionales".

"La pandemia se ha acabado"

¿Al otro lado? Los Estados Unidos. Después de más de un millón de muertos, el presidente norteamericano Joe Biden ha anunciado que la pandemia de la covid se ha acabado. Un final, según él, que llega a los casi tres años de bloqueos e interrupciones económicas. Estas declaraciones las pronunció al programa 60 Minutes de la CBS, durante la previa de la feria del automóvil de Detroit: "Todavía tenemos un problema con este virus, pero estamos trabajando mucho. A pesar de todo, sí, la pandemia ya se ha acabado". Sus palabras coinciden con unos buenos datos: la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó la semana pasada que las nuevas muertes semanales en todo el mundo alcanzaron su punto más bajo la primera semana de septiembre desde que la epidemia de coronavirus fue declarada como tal en marzo del 2020. "Todavía no estamos, pero el final está a la vista", dijo el director general del OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una sesión informativa la semana pasada.

500 muertos diarios por covid en los Estados Unidos

En los Estados Unidos las cifras se han mantenido relativamente estables, con una media de más de 500 muertos al día durante las últimas dos semanas. La Oficina Nacional de Investigación Económica informó la semana pasada que la covid sigue ahogando la oferta de mano de obra. Se estimó que la enfermedad ha reducido la fuerza de trabajo de los Estados Unidos en aproximadamente medio millón de personas, en torno al 0,2% de todos los adultos. En paralelo, la pandemia también ha parado las cadenas de suministro, provocando escasez crónica de productos clave, inflación, cierres de fábricas, contenedores descargados y otros "efectos negativos sobre el bienestar económico de una nación", según FTI Consulting. Así pues, ¿Biden está siendo demasiado optimista? Las consecuencias más fuertes a nivel económico siempre son más palpables a medio y largo plazo, mientras que las sanitarias a corto plazo. Si nos centramos en el primer aspecto, hay que ser muy prudentes.

Llega el midterm

El IPC aumentó un 8,3% en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado, un aumento superior al previsto, para los Estados Unidos. Mientras que Biden saca pecho que la tasa de paro fue del 3,7% en agosto, "una de las más bajas de la historia". Una conclusión que hay que poner en contexto si tenemos en cuenta, precisamente, que la falta de mano de obra se debe a las graves consecuencias de la pandemia. Y en este contexto de promover un optimismo enérgico con el titular de "la pandemia ya se ha acabado", también está el trasfondo de las elecciones en el ecuador del mandato de Biden.

Estados Unidos renueva cada dos años la totalidad de la Cámara de Representantes del Congreso y un tercio del Senado, conocidas como el midterm elections o midterms. La fecha será el próximo mes de noviembre. Estos comicios suelen ser entre malos y catastróficos para el partido del presidente norteamericano, que a menudo pierde el control de una o las dos cámaras legislativas. Así pues, Biden necesita puntos de inflexión que ayuden a no perder la fuerza que tiene actualmente.

¿Y en Europa?

Si trasladamos el optimismo de Biden a la Unión Europea, considerar que la pandemia por la covid ha acabado, tampoco mejora exponencialmente la situación. Según el último informe del Banco Central Europeo, para el 2022, factores no discrecionales derivados de la recaudación de ingresos mejor del previsto en el primer semestre del 2022 que superan los niveles sugeridos por las bases imponibles macroeconómicas, compensan en parte el estímulo adicional. La orientación fiscal también se ve afectada por unos consumos y transferencias gubernamentales nominales más elevados, en parte relacionados con los ajustes de los salarios públicos y especialmente de las pensiones, así como de una inversión pública un poco menor del previsto a las proyecciones de junio.

En general, después de la fuerte expansión en el 2020 y un cierto endurecimiento en el 2021, se prevé que la orientación fiscal de la zona del euro ajustada por las subvenciones siga endureciéndose un poco, especialmente en el 2023, principalmente reflejando la inversión del apoyo a la crisis de la covid y la reducción del tamaño de la energía. En el 2024 se prevé que la orientación fiscal sea neutral. Así pues, habrá que esperar.

Font BCE
Fuente: ECB, European Central Bank

Se prevé que el saldo presupuestario de la zona del euro mejore de manera constante durante el periodo hasta el 2024, pero menos del previsto a las proyecciones de junio de 2022. En el horizonte de proyección, la mejora del saldo presupuestario se ve impulsada principalmente por el componente cíclico, seguido del menor déficit primario ajustado cíclico. Se prevé que el saldo presupuestario sea del -2,7% del PIB y, por lo tanto, se mantenga muy por debajo del nivel previo a la pandemia (-0,7%). Después del fuerte aumento del 2020, las previsiones es que la deuda pública agregada de la zona del euro disminuya durante todo el horizonte de proyección, llegando en torno al 90% del PIB en el 2024, que todavía se encuentra por encima de su nivel previo a la pandemia (84%).

El BCE avisa: "Este descenso se debe principalmente a los diferenciales favorables de crecimiento de los tipos de interés a causa del crecimiento del PIB nominal, que compensaron con creces los déficits primarios persistentes, aunque decrecientes. En comparación con las proyecciones de junio de 2022, la trayectoria del balance presupuestario se ha revisado a la baja durante el periodo 2023-2024, principalmente por el deterioro del componente cíclico". Y, a la vez, estos factores también han sido los principales contribuyentes a la revisión al alza de la ratio de endeudamiento agregado de la zona del euro para el 2024".