España y Portugal tienen capacidad para suplir el 30% de las necesidades de gas de la UE, según ha asegurado este viernes el primer ministro portugués, António Costa, que ha calificado de "paso histórico" la decisión de Bruselas de asumir el aumento de las conexiones de la península Ibérica con el mercado europeo. "Ha sido un paso histórico", ha sentenciado Costa, que también ha celebrado que la Comisión Europea haya asumido "como una opción estratégica de Europa" el aumento de las interconexiones del mercado ibérico con el resto del continente.

España y Portugal tienen, en conjunto, "capacidad para suplir el 30% de las necesidades energéticas de Europa en gas natural", ha añadido Costa, pero "no podemos utilizarla porque no hay interconexión que permita exportar el gas natural que tenemos capacidad de acoger y almacenar para el resto de Europa".

Costa ha encabezado en Sines la presentación de un proyecto de producción de hidrógeno y ha aprovechado para subrayar el papel estratégico de este puerto, el más importante de la costa atlántica ibérica, con "excelentes condiciones" para almacenar y trasvasar gas natural licuado procedente de terceros países, como Estados Unidos o Nigeria. El líder socialista también ha aprovechado para insistir en la urgencia de apostar por las energías renovables y la producción de hidrógeno verde, en especial tras la crisis energética provocada por la guerra de Rusia contra Ucrania.

Portugal, que ya ha asegurado que produce el 60% de las energías renovables que consume, cifra que llegará al 80% en cuatro años, con el objetivo de incrementar la independencia energética y reducir la factura externa. Costa ha presentado el proyecto "MadoquaPower2X", elaborado por un consorcio internacional integrado por la portuguesa Madoqua Renewables, la holandesa Power2X y la gestora de fondos danesa Copenhague Infrastructure Partners (CIP), para producir a escala industrial hidrógeno verde con una inversión de mil millones de euros.

El proyecto asumirá entre el 10% y el 15% de la inversión de Portugal en la producción de hidrógeno verde y creará más de 200 empleos en una primera fase. La planta, que entrará en funcionamiento en 2024, utilizará la energía solar y eólica para generar 50.000 toneladas de hidrógeno verde y 500.000 de amoniaco verde, según el consorcio.

Los países bálticos ven nuevas oportunidades

Por otro lado, este mismo viernes, los primeros ministros de Estonia, Letonia y Lituania han firmado que al dejar de importar gas natural ruso se genera un nuevo mercado regional de gas natural licuado (GNL) que se extiende desde Finlandia hasta Polonia. Aunque Lituania es actualmente el único país báltico con una terminal de gas natural licuado, los planes para infraestructuras similares en Estonia y Letonia no representarían un riesgo de exceso de capacidad o duplicación de servicios, sobre todo si la Unión Europea (UE) acaba decidiendo que embarga totalmente el gas ruso, según ha declarado la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte.

Lituania cuenta con una terminal flotante de GNL en el puerto de Klaipeda; Estonia y Finlandia, con el apoyo de Letonia, alquilarán en otoño una instalación flotante de GNL en el puerto estonio de Paldiski, y Letonia está estudiando planes para construir una terminal de GNL en tierra. En este sentido, el primer ministro letón, Krisjanis Karins ha señalado que la infraestructura de almacenamiento subterráneo de gas de Letonia, la única de este tipo en la región, es una parte clave del nuevo mercado emergente de gas natural licuado.

En tanto, la primera ministra estonia, Kaja Kallas, ha declarado que, además de poner fin a la compra de gas ruso y de poner en marcha las operaciones para una plataforma conjunta estonio-finlandesa de GNL, los jefes de gobierno ha discutido sobre los planes para un parque eólico en el mar Báltico para generar electricidad y seguir reduciendo la dependencia de la energía rusa.