Acercarse a Sant Sadurní d'Anoia es un placer para todos los sentidos. El territorio conocido cómo la capital del cava, ofrece también una de las fábricas más deseadas para cualquier fan del dulce; el Espai Xocolata de Simón Coll, que justamente este año, cumple diez años. El espacio multisensorial situado a los pies de la fábrica de chocolate cuenta con más de 800 m2 y da voz a sus marcas, Simón Coll y Chocolate Amatller, además de dar a conocer y fomentar el Bean to Bar, el método de elaboración del chocolate que se inicia seleccionado el cacao en origen, y respeta los sabores reales a través de un cuidado proceso de elaboración que incluye el tostado, la mezcla, el refinado, conchado, temperado, moldeado y el empaquetado.

Uno de los principales ejes del éxito de Simón Coll es centrar su negocio con dos fábricas propias ubicadas en Sant Sadurní d’Anoia, desde donde se gestiona y controla todo el proceso de elaboración y distribución internacional de todos los productos. Maria Coll, Gerente de la compañía y primera mujer en estar al frente de la empresa, afirma: “tener capacidad propia de producción es nuestro ADN. Siempre hemos apostado por la innovación e I+D propios, y esto ha hecho que seamos capaces de crear productos que combinan nuestro saber hacer chocolatero con la originalidad y diferenciación”.

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Espai Xocolata ofrece al visitante un espacio dónde descubrir la procedencia de su cacao, entre otros

Desde Simón Coll se selecciona el origen del cacao, procedente mayoritariamente de Ghana, Ecuador, Perú, Nicaragua y República Dominicana, hecho que permite elaborar productos con perfiles aromáticos muy distintos y de una excelente calidad.

Un breve recorrido por la historia de Simón Coll

Seis generaciones y más de 180 años de historia. Simón Coll, fundada en el año 1840, es reconocida por acompañar al consumidor en todas las etapas de su vida y por su gran apuesta por el sabor y la calidad, manteniendo vivo el oficio chocolatero e integrando en sus fábricas todo el proceso de elaboración desde el haba de cacao.

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Tienda de Simón Coll con todos sus productos 

Actualmente, cuenta con 3 puntos de venta físicos, aunque se distribuye en 4.000 puntos de venta, web y exporta más del 20% de su producción a países como Australia, Japón, Emiratos Árabes y Estados Unidos, pero concentrando su distribución principalmente en Europa.

El porfolio de Simón Coll está formado por un gran surtido de productos que incluye desde turrones con frutos secos de temporada, tabletas de diferentes porcentajes, cestas para regalar y productos de impulso como monedas o paraguas de chocolate. Dentro de su catálogo de propuestas, Simón Coll apuesta también por la campaña de Pascua, siendo líder en Cataluña en posicionamiento y venta de figuras de chocolate tradicionales en esta época del año.

El Espai Xocolata también forma parte de la historia de Simón Coll, un paraíso para los amantes del cacao y del chocolate. El altavoz de marca de la empresa, celebra este año su décimo aniversario con una trayectoria impecable, que ha visto pasar más de medio millón de visitantes procedentes de diversas partes del mundo.

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El Espai Xocolata se encuentra en Sant Sadurní d'Anoia  

Chocolate Amatller 

Chocolate Amatller nace en el barrio de Santa María del Mar de Barcelona en 1797 y es, probablemente, la marca de chocolates en activo más antigua de Europa. Un ineludible referente mundial del arte publicitario del chocolate. Es en 1972 cuando Simón Coll adquiere Chocolate Amatller y la marca queda integrada en la empresa chocolatera de Sant Sadurní d’Anoia, quien ha sabido mantener su esencia y fuerte personalidad. Los productos de Chocolate Amatller reúnen el perfeccionismo en su elaboración con la exquisitez visual que aporta su legado artístico. Una marca que simboliza la larga tradición de la mejor marca de chocolate de Barcelona, ahora ligada también a la historia de Simón Coll.

Las especialidades bajo la colección de Chocolates Amatller acogen desde las tabletas de alto contenido en cacao de origen seleccionado hasta las deliciosas almendras conocidas también como amatllons (almendras marconas tostadas y caramelizadas, recubiertas de chocolate blanco y envueltas con cacao en polvo), sin olvidar el tradicional chocolate a la taza.