Las ejecuciones hipotecarias en viviendas habituales, o embargos de una propiedad para la venta después del impago de un crédito, se redujeron un 4,1% el segundo trimestre del año, después de siete consecutivos al alza, y se alcanzaron 3.165 operaciones, la cifra más baja desde el cuarto trimestre del 2020. Si no se paga el orden, el acreedor puede pedir permiso para tomar el dinero de su cuenta de banco. De eso se conoce como ejecución bancaria (o ejecución de institución financiera), y esta permite al banco tomar el dinero de la cuenta personal y pagar todo o parte de la deuda al acreedor.

Este indicador, ahora es relevante. Según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el conjunto de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas se redujo un 23,6%, un 7,4% respecto de las de personas físicas y un 60,2% respecto de las de personas jurídicas. En total, entre en abril y en mayo el número de inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas en los registros de la propiedad el segundo trimestre del 2022 fue de 7.115, un 10,7% menos que el trimestre anterior y un 27,4% menos que el mismo trimestre del 2021.

El segundo trimestre, las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas concentraron el 64,6% del total, que llegó a 7.115 operaciones; el 44,5% fueron de viviendas habituales de personas físicas, y el 10,4% viviendas de personas jurídicas. Un 9,7% correspondió a otras viviendas de personas físicas. Por su parte, las ejecuciones hipotecarias de otras urbanas (locales, garajes, oficinas, trasteros, naves, edificios destinados a viviendas, otros edificios y aprovechamientos urbanísticos) representan el 27,7% del total.

Resultados contrarios a la crisis del 2008

A grandes rasgos, lo que se constata es que la tendencia es diferente a la que provocó la crisis del 2008 con una burbuja inmobiliaria que acabó explotando. Así pues, enmarcados este 2022 con las crisis sucesivas de la covid y la guerra de Ucrania, también es cierto que, ahora, estos embargos han caído después de casi dos años consecutivos al alza. Hay que recordar que el periodo entre el 2005 y el 2008, en el que la burbuja del ladrillo acabó de hincharse, concentra el 49,6% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas el segundo trimestre.

Si se atiende el estado del inmueble, el 9,5% de las ejecuciones hipotecarias el segundo trimestre estuvieron sobre viviendas nuevas, y el 90,5% sobre usados; el número de ejecuciones hipotecarias sobre viviendas nuevas disminuyó un 43,7% en tasa anual y el de usados cayó un 20,7%. El 15,8% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas sobre viviendas el segundo trimestre correspondió a hipotecas constituidas en el 2007, el 15,6% a hipotecas constituidas en el 2006 y el 9,8% a hipotecas del 2005.

Desglosados los datos por comunidades autónomas, aquellas con mayor número de certificaciones por ejecuciones hipotecarias sobre el total de fincas el segundo trimestre fueron el País Valencià (1.552), Andalucía (1.410) y Catalunya (1.186), en tercera posición. La Rioja (48), Navarra (49) y el País Vasco (81) registraron el menor número.