La Diputación de Barcelona ha puesto en marcha un plan de modernización de polígonos que pretende mejorar la competitividad de las empresas, impulsar el crecimiento y crear empleo especializado y de calidad. La inversión es de 30 millones de la administración pública a la espera de levantar entre 10 y 20 millones más por parte de los ayuntamientos y el sector privado. La presidenta de la Diputación, Mercè Conesa, ha querido dejar muy claro desde desde el principio que "no es un plan para abrir nuevos polígonos" sino para mejorar los ya existentes a toda el área metropolitana de Barcelona.

Más concretamente, el vicepresidente segundo y alcalde de Igualada, Marc Castells, ha anticipado que este plan beneficiará 6.000 empresas y 120.000 trabajadores a la vez que potenciará la colaboración público-privada y las alianzas entre el mundo local y empresarial. Todo ello, incluye infraestructuras, servicios y promoción pero también la instalación de fibra óptica o la implantación de medidas de ahorro energético. "El objetivo principal es mejorar la calidad de nuestros polígonos. No invertiremos ningún euro en crear sol industrial. No nos corresponde a nosotros", ha reivindicado. Invertir para modernizar los polígonos, "superar" los límites municipales y optimizar los espacios vacíos.

La demarcación de Barcelona cuenta con más de mil polígonos censados, entre los cuales el 60% ocupan menos de 10 hectáreas. Se estima que el 40% de toda esta superficies industrial está sin actividad económica y que el 48% de los polígonos y el 58% de las naves son anteriores a 1978. Así pues, el plan de la Diputación se concretará con dos tipos de actuaciones: planes integrales (polígonos con más de 50 hectáreas y más de 100 empresas o mil trabajadores) o proyectos específicos (polígonos más pequeños). "Llevar la tecnología al territorio y al ciudadano", ha concluido Conesa.