La patronal Foment del Treball, liderada por Josep Sánchez Llibre, ha exigido por carta al presidente español Pedro Sánchez que ponga en marcha una moratoria fiscal para las empresas para poder hacer frente a la crisis del coronavirus. La petición de la patronal es que se ponga en marcha un aplazamiento de tres meses de las declaraciones y autoliquidaciones tributarias, y critica que Hacienda mantenga el calendario de la declaración de la renta tal como estaba previsto a pesar de las nuevas medidas del plan de choque.

En la misiva dirigida a Pedro Sánchez, Sánchez Llibre argumenta que las medidas tomadas por el Gobierno "tienen una flexibilidad muy limitada de plazos para la realización de ciertos trámites en procedimientos tributarios". En este sentido, dice, "se ha atribuido muy poco protagonismo a la política fiscal para conseguir el objetivo de medidas urgentes para hacer frente al impacto del COVID-19, que no es otro que proteger y dar apoyo al tejido productivo y social para minimizar el impacto".

Al mismo tiempo, asevera que con esta petición de moratoria se pretende "favorecer la cadena de pagos, la tesorería de las empresas, el empleo y el consumo" y asegura que "permitirá una salida mucho más acelerada de la situación cuando la crisis se supere". Con contundencia, Sánchez Llibre recuerda que "los tributos, además de ser un medio para recaudar ingresos públicos, sirven como instrumentos de política económica general y para asegurar una mejor distribución de la renta nacional".

Tal como relata la misiva "la única medida aplicable a estas declaraciones-liquidaciones y autoliquidaciones es el artículo 14 del Real decreto ley 7/2020, de 12 de marzo, por el cual se adoptan medidas urgentes para responder al impacto económico del COVID-19. Este precepto, en relación con la situación previa a la crisis, permite solicitar y obtener en relación con aquellas el plazo de presentación de las cuales e ingreso finalice desde su entrada en vigor hasta el día 30 de mayo de 2020, el aplazamiento por seis meses de cantidades retenidas, repercutidas y de los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades; sin que se reporten intereses durante los tres primeros meses. Mantiene, por otra parte, el límite vigente con anterioridad a la pandemia, de 30.000 €".

Crítica a "la extravagancia"

Se refiere también a "la extravagancia de tener que pagar IRPF y el Impuesto de Sociedades del ejercicio de 2019, cuando en el ejercicio de 2020 habrá, en muchos casos, bases imponibles negativas a compensar en el ejercicio de 2021 y los siguientes". Considera, pues, que "en una situación excepcional como esta se tendría que actuar al revés".

En definitiva, Foment exige la suspensión de los plazos de presentación de autoliquidaciones y declaraciones-liquidaciones y su pago. Y añade, además, que "tendría que combinarse, por una parte la presentación y pago de los tributos, y por otra utilizarles como mecanismo para otorgar directamente liquidez durante un periodo breve que facilite una caída de la actividad en "V . De aquí, pues, por Foment "tendría que adoptarse la medida de aplazar por tres meses la presentación (o al menos el ingreso) de declaraciones y autoliquidaciones tributarias; con independencia de su importe y sujetos que la realicen; sin intereses. Y que la cantidad aplazada pudiera ser fraccionada en los seis meses siguientes".