El 69,7% de las empresas instaladoras ha perdido casi toda la actividad –más de un 75%- desde la aplicación del estado de alarma el pasado 14 de marzo, mientras que para el 19% el descenso ha sido significativo, según una encuesta de la Federación De Gremios de Instaladores de Catalunya (Fegicat) hecha a 1.061 empresas adheridas a la entidad.

Por el contrario, sólo un 7% asegura que el estado de alarma ha afectado poco a su actividad y en el 4,3% la incidencia ha sido nula. El presidente de Fegicat, Jaume Alcaide, avisa, sin embargo, de que se encuentran con un "problema crítico" como es la falta de Equipos de Protección Individual (EPI), que obliga a los operarios a trabajar "sin las medidas básicas de protección".

Desde principios de la semana pasada, los instaladores están autorizados a reparar averías urgentes que afecten a suministros básicos como el agua, a la luz, el gas, la calefacción o las telecomunicaciones. Ha sido el caso del 28,8% de los encuestados, que en los últimos días ha tenido que hacer alguna actuación de emergencia, mientras que el 36,6% no ha tenido que hacer ninguna y el 34,6% prácticamente ninguno.

El hecho de que los establecimientos no estén abiertos al público en general obliga a muchas compañías a tener operarios sin actividad. De las empresas encuestadas, la mitad (51,7%) tienen más del 75% con la plantilla parada sin actividad y el 11,8% tiene entre el 50% y el 75%. Por el contrario, el 6,2% señala que tiene entre el 25% y el 50% de la plantilla parada y un 30,2% dicen que tiene pocos operarios inactivos.

Según explica el presidente de Fegicat, Jaume Alcaide, a la ACN, los Equipos de Protección Individual están agotados desde hace tres semanas y las empresas distribuidoras les han comunicado que no saben cuándo les podrán suministrar. Mientras tanto, comenta, los operarios se encuentran en casos como tener que entrar en domicilios de gente infectada o que los mismos trabajadores puedan ser transmisores sin saberlo.

Alcaide añade que la evolución de la crisis del coronavirus les está llevando a "situaciones límite" porque el descenso del 75% de la actividad entre el 70% de los asociados se puede acentuar hasta el 90% ante la paralización, por ejemplo, de obras de rehabilitación, el qué provocaría el "desastre económico" entre un colectivo en que ocho de cada diez adheridos a Fegicat son autónomos.