"El cooperativismo es la base que justifica nuestra razón de ser" ha asegurado el presidente de la Confederació de Cooperatives de Catalunya, Perfecto Alonso durante el acto central del Día Internacional de las Cooperativas que tiene lugar el primer sábado de cada mes de julio. Toda una declaración de intenciones que más allá del existencialismo recurrente, pretende revelar bajo el lema de la sostenibilidad "una manera de relacionarse con las personas, los medios y el ambiente." Y es que el cooperativismo ya es mucho más que un ideal anhelado, se ha convertido en una realidad avalada por los servicios básicos, el respeto ambiental, el estado del bienestar, el desarrollo económico y el compromiso con la comunidad.

Pero por si las palabras se las llevara el viento, quedémonos con las cifras: 4.572 millones de euros del PIB, 43.236 puestos de trabajo, en torno a 50.000 contratos de auto abastecimiento de servicios básicos, 89 escuelas cooperativas o 25.000 viviendas cooperativas construidos en 25 años, entre muchas otras. Y por si eso no fuera bastante motivo para justificar su razón de ser, la consellera de Treball Social i Família, Dolors Bassa ha adelantado que "el cooperativismo tiene que ir a mucho más, es prioritario para el nuevo país y para la república que queremos."

El cooperativismo es parte de la historia viva de Catalunya. Una chispa que prendió en 1842 cuando un grupo de obreros fue al Ajuntament como signo de rechazo a la maquinización y en defensa del trabajo digno pero que al no ser correspondido, fundó una cooperativa con 200 euros. Una anécdota que lejos de perderse en el tiempo, sabe hacia dónde va y cómo va.

Navegar con vientos favorables

Parafraseando Sèneca, Bassa ha recordado que las cooperativas saben hacia dónde navegan y eso hace que los vientos les sean favorables de cara a los valores de las personas en el centro de la economía. A modo de ejemplo, un 71% de los ciudadanos de Catalunya se muestran dispuestos a pagar un precio más elevado del producto que adquieren siempre y cuando este producto aporte un valor añadido. Más desarrollo sostenible, más empleo estable y más igualdad de oportunidades, tanto por riqueza como por género.

Y aunque los presupuestos del 2016 no han podido elevar el vuelo a favor de las cooperativas ni del gasto social, la Generalitat y el Ajuntament de Barcelona apuestan por la construcción pionera y la consolidación del proceso de cooperativismo. Más calidad de vida y más calidad del medio en un contexto de mejor gestión democrática. 

Objetivos lejos del milenio

Los objetivos del milenio caen lejos y vistos con retrospectiva, saben a poco. Siempre se puede aspirar a más y es por ello que las Naciones Unidas han aprobado un conjunto de objetivos "transversales y globalizados" que pasan por erradicar la pobreza, proteger el planeta, fomentar el bienestar y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.

Pero para ello, se necesita "una cooperación inclusiva de los actores que forman la realidad", según ha asegurado el presidente de la Asociación para las Naciones Unidas en España, Eduard Sagarra. Una actitud globalizada para un reto global que repercute a todo el mundo y del cual todo el mundo es corresponsable.