"Nuestro país recibe hoy más inversión extranjera que nunca". Así de claro y contundente se mostraba el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, justo un día después de que el Ministerio de Economía y Competitividad hubiera revisado al alza los datos de inversión extranjera directa en Catalunya durante el 2016. No era para menos. El recálculo es un gesto poco habitual del Ministerio y, en este caso, implica que Catalunya alcance un total inédito de 5.051,5 millones. Todavía más, hace que el 2016 se convierta (ahora sí) en el mejor año de inversión extranjera desde 1993 (primer año de la serie histórica). Imbatible.

Ahora bien, conviene no olvidar que el primer cálculo del Ministerio de Economía que se publicó en el pasado mes de marzo atribuía a Catalunya una inversión extranjera de 4.857 millones durante el 2016, lo que representaba un 1,3% menos en relación al 2015 que hasta este miércoles era considerado el año récord con 4.936,4 millones. Así pues, la diferencia entre el primer cálculo y el segundo es de prácticamente 195 millones. Y de rebote, un nuevo récord.

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Fotografía de Sergi Alcàzar

En aquel momento, el conseller de Empresa, Jordi Baiget, no dudó ni un segundo en poner en duda el sistema de cálculo utilizado por el Ministerio. "Hay 4.432 millones que no se asignan a ninguna comunidad, y hay una parte que creemos que podría asignarse a Catalunya porque proviene de operaciones que han afectado a empresas catalanas", alertó. A modo de ejemplo, la venta del 20% de Gas Natural Fenosa al fondo internacional GIP por aproximadamente 3.800 millones. Y es que el Ministerio asignó 700 millones a Catalunya y 3.000 millones al resto del Estado, mientras que la Generalitat consideraba que se le tendría que haber contabilizado al menos el 50% del importe total. Un caso similar tuvo lugar en 2014 con la inversión de los laboratorios farmacéuticos pero entonces no hubo ningún tipo de recálculo...

"Metodologías diferentes"

En una entrevista en El Nacional, Baiget explicaba que la Conselleria y el Ministerio discrepan porque utilizan "metodologías diferentes". Más concretamente, el Ministerio contabiliza la inversión allí donde la empresa tiene la sede y no allí donde se está realizando la inversión. Es decir, no tiene en cuenta la unidad productiva sino la sede social que acostumbra a encontrarse en Madrid principalmente por el efecto capitalidad. Al mismo tiempo, Baiget también ponía de manifiesto que el 28% de toda la inversión que hay en el conjunto de España no se regionaliza. Pero incluso así, el conseller reiteraba que "tanto si lo miramos con la metodología del Estado o cualquier otra, la inversión en Catalunya va bien y tiene un comportamiento positivo".

De hecho, va tan bien que cogiendo los datos del Ministerio sobre el último quinquenio (2012-2016), la inversión extranjera directa en Catalunya ha crecido un 32,1% respecto al quinquenio anterior al procés. De la misma forma, el informe FDI Markets del Financial Times defiende que Catalunya ha captado 14.532 millones de euros de inversión extranjera entre en enero del 2011 y en junio del 2016, procedente de 601 proyectos que han generado 38.385 puestos de trabajo directo. Al mismo tiempo, Catalunya también acaba de registrar de enero a marzo el mejor primer trimestre de su historia con 856,4 millones de inversión extranjera, lo que supone un 69% más que en el mismo periodo del año anterior.

La doble cara del procés

En la era de la post-verdad, los datos son un buen indicador de confianza. El ruido de que el procés asusta a las inversiones parece haberse agotado para dar pie a un nuevo argumento. Del ataque a la defensa, el ministro de Economía, Luis de Guindos, no ha dudado en desacreditar el procés en sus últimas intervenciones: "Fuera nadie no le da ninguna posibilidad". "Yo me he reunido durante muchos años con inversores internacionales y agencias de rating y el tema de Catalunya prácticamente no me lo plantea nadie", añade.

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Fotografía de Sergi Alcàzar

Una vuelta de hoja a las inversiones extranjeras en Catalunya: si no van bien es porque los inversores están asustados y si van bien es porque no se lo creen. Y como van mejor que nunca, sólo se puede recurrir a la segunda opción. Quizás por todo ello, la hasta hace muy poco consejera delegada de Acció y directora general de Indústria Núria Betriu aseguraba en una entrevista en El Nacional que "el Estado distorsiona la realidad inversora en Catalunya". De momento, sin embargo, ya se ha ganado una primera disputa. La del recálculo que ha acabado implicando un nuevo récord.

Las multimillonarias inversiones de Amazon, Nestlé, Tesla o Thunder Power son hoy por hoy una prueba irrefutable de que Catalunya es tierra de inversiones. Y es que, según Puigdemont, "los inversores internacionales nos perciben como un espacio fiable y a largo plazo".