Los hogares y las familias catalanas prácticamente han recuperado este 2016 las cifras de gasto alimenticio que había en el 2008, justo antes de la crisis, según una de las conclusiones de 'El Observatorio Buen Precio y Estallido del consumo alimenticio en Catalunya' dirigido por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Oliver ha destacado que el protagonismo de la recuperación del consumo alimenticio durante este largo periodo han sido los hogares donde la persona de referencia es el jubilado de más de 65 años, que ha incrementado el consumo en un 36,9% mientras que el gasto alimenticio de los hogares más jóvenes, hasta los 44 años, se ha desplomado un 22,3%. Ha explicado que las pensiones, que están fuera de ciclo económico, han ayudado a sustentar las estructuras familiares.

El gasto alimenticio registrada en el 2016 alcanzó los 15.100 millones de euros, una cifra que prácticamente iguala la del 2008, justo al inicio de la crisis, que se situó en 15.146 millones de euros. En términos de consumo alimenticio por cápita, en el 2016, con 2.058 euros por persona, se recuperó las cifras del 2008 que estaban situadas en 2.072 euros por cápita.

"Radicalmente" diferente

Oliver ha explicado que uno de los elementos más destacados del Observatorio del consumo alimenticio en Catalunya es el comportamiento ''radicalmente'' diferente que han registrado los hogares más jóvenes, donde la persona de referencia está entre el 16 y los 44 años, que han visto como en la crisis han disminuido su gasto alimenticio en un 22,3% entre el 2008 y el 2016, y con un 23,2% en el periodo concreto de crisis entre el 2008 y en el 2013. Por el contrario, los hogares donde la persona de referencia tiene más de 65 años, han incrementado su gasto alimenticio en un 36,9% en el periodo del 2008 en el 2016 y un 17,4% en el periodo de la crisis (2008-2013).

Oliver ha explicado que este incremento del gasto alimenticio de las personas mayores se explica porque de todos es conocido que durante los años de crisis las pensiones de jubilación han permitido que los padres jubilados hayan hecho transferencias de gasto en productos alimenticios dirigidos a los hijos o nietos que se han quedado sin trabajo.

Por demarcaciones

El observatorio también hace referencia al diferente comportamiento que han tenido las cuatro demarcaciones catalanas en la recuperación del consumo alimenticio. Así, las comarcas gerundenses son las que más rápido han recuperado el consumo alimenticio con un incremento del 5% en el 2016 en relación con el 2015, las de Barcelona con un aumento del 4,3%, Tarragona del 3,6% y finalmente Lleida con el 1,8%. La demarcación de Barcelona, que representa más del 66% de la población total de Catalunya, registró en el 2016 un gasto alimenticio por cápita de 1.958 euros, sin tener en cuenta el gasto en tabaco. Después de Barcelona está Girona con 1.925 euros, Tarragona con 1.721 euros y a la cola Lleida con 1.613 euros.

Entre los alimentos que han ganado terreno en el gasto alimenticio, el Observatorio destaca las hortalizas, el pescado y las comidas precocinadas. Entre los que se mantienen está la fruta y entre los que pierden peso destacan el consumo de la carne, el pan, los cereales, los lácteos y los huevos. El director financiero de Buen Precio y Estallido, Pere Anglada, ha subrayado que esta pérdida de peso del consumo de la carne se ha compensado con el incremento de los alimentos precocinados donde la comercialización de la carne se hace cocinada.

Por último, Oliver también ha destacado que en el Observatorio se constata el protagonismo cada vez mes relevante de los hogares unipersonales en sentido contrario a los hogares con más de 4 personas. Mientras que las unipersonales aumentan el gasto alimenticio entre el 2008 y el 2013 un 17,1%, los hogares donde hay más de cuatro personas disminuyen este gasto en un 19,1%.