Superada ya la primera mitad del año, toca hacer balance de la situación económica de Catalunya y ver cómo se presenta el futuro más inmediato para el país. Eso mismo ha hecho este miércoles la Cambra de Comerç de Barcelona, que ha mejorado las perspectivas económicas de Catalunya para este 2021 hasta el 6,3% y también las de 2022 hasta el 6,7%.

Concretamente, la Cambra considera que el fin del estado de alarma y el relajamiento de las medidas contra la pandemia han supuesto un cambio favorable en la evolución de la economía catalana durante el segundo trimestre del año aseguran que el empresariado puede afrontar el tercer trimestre con expectativas crecientemente positivas "en todos los sectores económicos". De hecho, la Cambra estima que de cara al tercer trimestre habrá una aceleración del PIB del 3,5% en comparación con el segundo. Esta aceleración vendrá gracias a un aumento del consumo y a una mayor inversión, estimulada por el aumento de la demanda agregada y condiciones crediticias favorables.

Todos estos son los motivos por los cuales la Cambra prevé que vivamos un crecimiento intenso tanto para el 2021 como para el 2022, según se puede consultar en el informe de conjetura económica en Catalunya del segundo trimestre, hechas por el equipo de AQR-Lab de la UB y la Cambra de Comerç de Barcelona.

Según las estimaciones de la entidad, la economía catalana ha dejado atrás el estancamiento de finales de 2020 y principios de este año para crecer ya un 1,2% del PIB en el segundo trimestre gracias a la retirada de algunas restricciones y al aumento de la demanda.

Por su parte, el mercado de trabajo y el tejido empresarial mantienen una evolución positiva, acercándose cada vez más a los valores de antes de la crisis de la covid, de hecho el estudio apunta que, en Catalunya, los trabajadores en ERTE han bajado de los 100.000 por primera vez desde el inicio de la pandemia y si este dato se mantiene y se mantienen los ERTE hasta finales de año se podrá mantener la tasa de paro en el 13,3% en el 2021. Aunque se mantenga el paro, el estudio prevé un aumento del 4% del empleo efectivo este mismo año.

Aceleración del crecimiento

De cara al futuro las previsiones económicas de la Cámara apuntan a un fuerte repunte de cara a la segunda mitad del año. Concretamente, durante el tercer trimestre se estima que el crecimiento sea del 3,5% con respecto al trimestre anterior y del 4% en términos interanuales.

Eso será gracias al ahorro acumulado de las familias catalanas, que provocará un impulso añadido al consumo privado que, junto con la inversión, protagonizarán el crecimiento de los próximos meses. Además, la aprobación del Plan de Recuperación del Gobierno por parte de la Comisión Europea acerca cada vez más la llegada de los fondos europeos.

En la misma línea, el empresariado afronta con optimismo el tercer trimestre, que se materializa con el Indicador de confianza empresarial, que crece un 9,8% en Catalunya de cara al tercer trimestre y se sitúa ya solo a 3,5 puntos de recuperar el nivel precrisis.

Incertidumbres de la recuperación

Ahora bien, a pesar de estas buenas sensaciones la Cambra recuerda que también hay posibles riesgos tanto a corto como a largo plazo. Por una parte, la virulencia de la quinta ola por la variante Delta ha sido mayor de la esperada.

En plena temporada turística se mantiene la incertidumbre sobre cuál será el impacto de esta ola en un contexto en que el plan de vacunación, aunque está muy avanzado, todavía no ha permitido alcanzar la inmunidad de grupo y están vuelven a aplicar restricciones para viajar y recomendaciones. Con un pistoletazo de salida muy positivo en viajeros y reservas en mayo, el indicador avanzado de reservas extranjeras indica una posible reversión de la tendencia en julio.

Por otra parte, destaca el aumento de los precios que se ha empezado a registrar a partir del mes de marzo. En Catalunya, el IPC ha escalado hasta el 2,6% en términos interanuales en junio. Ahora bien, la Cambra apunta que hay que tener presente que este incremento se ha producido principalmente por la escalada del precio de la energía, que, con el estallido de la pandemia, sufrió fuertes reducciones a lo largo de buena parte del 2020.