El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha alertado de que la banca se enfrenta en estos momento al reto de la transformación digital "con los bolsillos medio vacíos", lo que implica un dilema generalizado en el sector entre avanzar digitalmente y asegurar los resultados. Entre dos aguas, una metñafora automovilística. En palabras del mismo Gortázar en su intervención en el IBM Business Connect 2016, "diría que vamos a empezar la carrera de Fórmula 1 y desde boxes nos están diciendo que ahorremos en neumáticos y que tengamos cuidado con el combustible, a ver si no llegamos al final".

Y teniendo en cuenta que se trata de "una carrera a largo plazo", el directivo considera que las políticas del Banco Central Europeo (BCE) son "adecuadas" desde una perspectiva macroeconómica pero entorpecedoras en materia de rentabilidad. Precisamente la rentabilidad que viene de niveles muy bajos junto con un entorno regulador cambiante y una reputación del sector fuertemente dañado por la intervención y el rescate son tres de los grandes retos que la banca tiene todavía por delante. Hay pista para correr pero ya no es la misma pista que antes. Nuevos productos financieros, un perfil de cliente más informado y más exigente y más competidores son ahora las nuevas reglas del juego bancario. 

Más concretamente, Gortázar ha puesto como ejemplo los neobancos, agregadores o "robo advisors" en tanto que "competidores que están diseccionando la cadena de valor". Nuevos actores económicos, nuevas amenazas para los agentes tradicionales y sus respectivos márgenes y cuotas de mercado aunque a su vez, son también un aliciente para ofrecer más y mejores servicios a los clientes. A menudo se suele decir en el mundo económico que más competencia es sinónimo de más crecimiento y bienestar. Y a todo ello, transformación digital. 

La resistencia de las sucursales

Un 39% de clientes de CaixaBank son digitales. Una cifra "algo más que la media de España, pero por debajo de la media europea". Y en este sentido, del conjunto de cinco millones de usuarios digitales, tres millones operan con el móvil y tres cuartas partes acuden todavía a sucursales en búsqueda de asesoramiento o resolución de "problemas de mayor magnitud". Y volviendo al símil automovilístico, "estamos en una carrera y de repente vemos que en algunos tramos aparecen nuevos vehículos que van mucho más rápido y tenemos que ver cómo podemos mejorar nosotros mismos", ha añadido.

Pero CaixaBank no pilota cualquier coche y mucho menos corre en cualquier circuito. Ya ha tomado varias curvas con el objetivo de afrontar con garantías el reto digital. Buena prueba de ello es el uso del Big Data para "afinar y ver a quién podemos dar crédito y a quién no", los modelos store que cuentan con asesoramiento tecnológico personalizado o las tablets que ya tienen a su disposición más de 22.000 de sus trabajadores. Todo ello para poder dar la mejor atención a su clientela ya sea en gestión de finanzas personales o en planificación del ahorro para la jubilación. Siempre que el BCE lo permita, se trata de avanzar digitalmente.