"Partimos de una muy buena base para alcanzar los objetivos que nos hemos marcado para los próximos años a pesar de la incertidumbre de la economía mundial", ha asegurado el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, durante la Junta General de Accionistas celebrada hoy en Valencia, por segunda vez desde que la entidad trasladó su sede fuera de Catalunya y marcada por el ERE que la entidad está llevando a cabo. Con todo, Gual ha asegurado que CaixaBank pagará a partir del 15 de abril un dividendo complementario de 10 céntimos brutos por acción, con cargo al beneficio de 2018.

De esta manera, el importe total de la remuneración al accionista será de 17 céntimos por acción, cosa que equivale al reparto del 51% del beneficio neto consolidado. Al mismo tiempo, el presidente de la entidad ha recordado que "hay incertidumbres en la economía mundial y es previsible que empiece una fase de crecimiento moderado", pero ha dicho también que el nuevo plan estratégico para el periodo 2019-2021 incluye distribuir más de la mitad de las ganancias en dividendos y, además, este año este se distribuirá en un solo pago.

Evolución de la acción

Aunque la evolución general de la acción entre 2015 y 2018 está siendo positiva, "de hasta 13 puntos porcentuales más que otras entidades", Gual explica que la evolución de la acción del primer trimestre del 2019 no está siendo buena, y lo atribuye a la revisión a la baja de las expectativas de aumento de los tipos de interés y también a "el esfuerzo anunciado en inversión y reestructuración de la entidad", materializado en un Expediente de Regulación del Empleo (ERE), que prevé recortar la plantilla en 2.157 trabajadores.

Al mismo tiempo, Gual ha explicado que "es previsible que la economía mundial y la de la Zona Euro se sitúen en los próximos años en una fase de crecimiento moderado", pero que sin embargo, "España y Portugal seguirán creciendo por encima de la zona euro" pero "todavía quedan retos pendientes, como reducir los niveles de la deuda pública, reanudar el camino de las reformas para seguir mejorando la competitividad y, al mismo tiempo, establecer las bases para un crecimiento más inclusivo, que no deje a nadie al margen".

Finalmente, a pesar de la coyuntura poco optimista y el entorno de tipos bajos, el presidente de CaixaBank continúa "convencido" de que la entidad podrá generar "resultados y valor de manera sostenida, tanto a corto como a largo plazo", asegura.