"La de España nunca ha sido una economía orientada hacia la industria. Llegó un siglo tarde a la Revolución Industrial, y 'los que tienen el dinero' enseguida vieron que con la construcción y el turismo podía ganarse más y más rápidamente que con la industria", explica el economista Santiago Niño Becerra.

"Por parte del estado, un ministro de industria llegó a decir que la mejor política industrial es la que no existe y el responsable de industria de una región de España animaba a deslocalizar fábricas a otros países", detalla.

"Sobre el hecho de que se tendría que cambiar el modelo productivo español se ha hablado cada cierto tiempo desde la Revolución Industrial de mediados de los 80". Y concluye que a pesar de algunas excepciones "el valor de la industria ha ido perdiendo peso y ganándolo el turismo".