El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener la política monetaria sin cambios en la reunión de este jueves. La cúpula de la institución mantiene al 0% el tipo de interés de operaciones principales de financiación, al 0,25% el de facilidad de crédito y al -0,5% el de facilidad de depósito.

También deja sin cambios el programa de compras de activos contra la Covid-19 (PEPP), que se sitúa en los 1,35 billones de euros después del aumento en 600.000 millones de euros que el Consejo de Gobierno acordó a la reunión de junio. "Las compras seguirán siendo flexibles", dice el comunicado sobre las decisiones del BCE, en el cual también se apunta que la institución está dispuesta a alargar las compras antipandemia "hasta que acabe la crisis".

Aparte de las compras contra la pandemia, el Consejo de Gobierno del BCE también ha decidido mantener los 20.000 millones de euros mensuales previstos en el programa de compra de activos públicos y privados y otros 120.000 millones adicionales hasta finales de año.

"El Consejo de Gobierno continúa preparado por ajustar todos los instrumentos, tal como sea apropiado, para asegurar que la inflación se mueve hacia su objetivo de una manera sostenida", apunta el BCE.

Recuperación "parcial" a en mayo y junio

En una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dicho que la actividad continúa "mucho por debajo" de los niveles previos a la pandemia, pero ha asegurado que se ha visto una recuperación "parcial" en los meses de mayo y junio.

Sobre la disminución de las compras bajo el programa antipandemia, Lagarde ha dicho que se han producido porque "los mercados han sido más establos". "Si no hay una gran sorpresa, la cual no vemos ahora mismo, la base de referencia es utilizar toda la dotación", ha remarcado.

Lagarde ha advertido que las previsiones económicas siguen teniendo una "incertidumbre elevada" y ha alertado de que "los estímulos siguen siendo necesarios para dar apoyo a la recuperación". Según ha explicado, el BCE prevé que la inflación caiga nuevamente en los próximos meses y que aumente el año que viene. "La débil demanda pondrá la inflación bajo presión", ha remarcado Lagarde, que ha admitido que una segunda ola de contagios por coronavirus es una "preocupación" para la institución.